Boca y Racing jugarán la final de la Supercopa Internacional en un duelo que en la previa muestra a dos equipos en absoluta paridad.
El Xeneize viene de ganar los dos torneos jugados en 2022, donde en uno de ellos eliminó a Racing por penales; el otro, lo conquistó en la última fecha. Pero la Academia derrotó a Boca en el Trofeo de Campeones, donde se impuso en tiempo suplementario con gol de Carlos Alcaraz.
Boca demostró ser un equipo que se destaca por sus nombres propios, más allá de lo colectivo. Y eso es lo que se le viene reclamando al conjunto de Hugo Ibarra: más presencia del juego de conjunto para no depender tanto de las individualidades.
De mitad de cancha hacia adelante está lo mejor del Xeneize. La carta más importante desde la experiencia y la jerarquía es la del Pipa Benedetto, pero desde su regreso a Boca el delantero no pudo mostrar su mejor versión.
Sebastián Villa es otro de experiencia que con su velocidad y desequilibrio es fundamental para el equipo.
Los pibes aportan lo suyo: Luca Langoni fue el goleador de Boca en la Liga ganada en 2022 con seis tantos: una aparición fulgurante del pibe de 20 años, que con velocidad y oportunismo marcó goles clave. Ahora, Ibarra recuperará al Changuito Zeballos, otro jugador desequilibrante que puede aportar mucho.
El mediocampo muestra afianzado a Alan Varela, un futbolista que creció, se consolidó y se ganó la número 5 titular de Boca. Junto con Pol Fernández parecen ser la dupla de volantes centrales de Ibarra, pero ahora el DT también cuenta con Equi Fernández, quien volvió del préstamo de Tigre y es una opción en el mediocampo.
Oscar Romero también es importante en la creación, pero en ese punto es donde Boca más necesita mejorar: la generación de fútbol para no depender de lo que haga una individualidad.
La defensa es la que más puede sufrir. Rossi fue clave en los últimos torneos de Boca, pero está vendido a Flamengo y da la sensación que no será titular. ¿Lo hará Sergio Romero?
La zaga central está maltrecha: se fue Zambrano, Rojo se recupera de una rotura de ligamentos y Figal viene de un desgarro. Allí, puede haber una oportunidad para los delanteros de Racing. Dupla de centrales nueva, que tal vez la formen dos juveniles como Aranda y Valentini.
Racing tiene de la mano de Fernando Gago una idea de juego más definida, o que al menos se puede observar con más facilidad en la cancha: presión, intensidad en ataque y mucha vocación ofensiva. Es cierto, no siempre sale lo que quiere el DT y cuando eso ocurre, sufre.
Ya no contará con Enzo Copetti, el goleador guapo que se peleaba con todos los centrales. Su lugar en principio lo ocupará Maxi Romero, con otras características.
El colombiano Johan Carbonero es la carta de desequilibrio adelante, como lo es Villa en Boca. Con espacios es letal en el mano a mano.
Aníbal Moreno demostró ser un jugador muy importante en la mitad de la cancha, fundamental para el DT. Maxi Moralez es la apuesta en cuando a generación de juego ante la ausencia del lesionado (rotura de ligamentos) Emiliano Vecchio. El nuevo refuerzo podría ocupar su lugar y es un jugador de riesgo para toda defensa.
En la defensa de la Academia muestra solidez. Gabriel Arias es un estandarte en el arco y Sigali uno de los referentes en la zaga central. Pero a veces sufre más de la cuenta, cuando el equipo deja muchos espacios o termina marcando mano a mano cuando el equipo se vuelca al ataque. En el retroceso Racing sufre, y eso puede ser aprovechado por los veloces atacantes del Xeneize.
Sin dudas este duelo, en la previa, promete ser un partido parejo, como lo marcan los últimos encuentros donde estuvieron frente a frente.