Endrick, el crack brasileño del Palmeiras que ya compró el Real Madrid, se rindió ante La Bombonera, el mítico estadio de Boca Juniors.
En zona mixta, tras la agónica victoria de la Selección de Brasil Sub 23 por la fase final del Preolímpico, el futbolista de 17 años fue consultado por el partido que disputó el pasado 28 de septiembre en el Estadio Alberto J. Armando, el templo xeneize.
"Es espectacular. Creo que jugué dos minutos allí, pero el tiempo que entré quedé con la piel de gallina", indicó el oriundo de Taguatinga, utilizando justo el apodo de River Plate, el rival de toda la vida, para referirse a lo que sintió al pisar el césped del elenco azul y oro.
Y añadió, quizás desconociendo que el club de la Ribera este año no disputará el máximo certamen continental: "Es un equipo gigante, muy grande, espero que les vaya muy bien y, si Dios quiere, podernos encontrar otra vez en la Libertadores".
Por la ida de la semifinal de la pasada edición, el Xeneize y el Verdao empataron sin goles en La Boca. Esa noche, Endrick ingresó recién a los 94 minutos, en reemplazo de Roni.
Pero el prometedor atacante, que a partir de julio se incorporará al Real Madrid (pagó 35 millones de euros más otros 25 en bonos), sí tuvo mayor participación en la vuelta, donde volvió a ser igualdad (1-1) y el equipo de Jorge Almirón sacó el pasaje a la definición en los penales: jugó todo el segundo tiempo, siendo amonestado y quedando a las puertas de dar vuelta el marcador en el añadido (Sergio Romero se quedó con su remate de taco).