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El Boca de Martínez frente al River de Gallardo: momentos distintos y una responsabilidad en común en el Superclásico

Llega un nuevo Superclásico del fútbol argentino, por la fecha 15 del Torneo de la Liga Profesional, que encuentra a Boca Juniors y a River Plate en momentos distintos que inciden para que este partido tenga un peso similar, aunque con matices, para cada uno. El encuentro estrella de la jornada de este fin de semana se disputará el sábado desde las 16:00 (ARG, URU y CHI) y 14:00 (COL, PER, ECU), con transmisión en vivo de ESPN Premium para toda Argentina. En tanto que Disney+ Premium lo emitirá hacia el resto de Latinoamérica.

El presente de Boca y River en el Torneo de la Liga Profesional

Como el Torneo de la Liga Profesional es muy largo (arrancó en mayo pasado), mezclado con que tanto River como Boca priorizaron la competencia internacional, los dos descuidaron bastante el certamen en su comienzo. Por esta razón, ambos llegan a esta 15ta. fecha algo alejados de la cima, que está en manos de Vélez, con 30 puntos, es decir, 9 más que los protagonistas del Superclásico.

Eso no significa que deban dar por perdida la aspiración al título local. Primero porque con encadenar dos o tres buenos resultados, pueden volver a prenderse arriba. Y después porque en este semestre se definen las clasificaciones a las copas CONMEBOL de 2025, y ni River ni Boca tienen su lugar asegurado. Aunque, por la Tabla Anual, hoy el Millonario está entrando a la próxima Libertadores, mientras que el Xeneize está en zona de Sudamericana, a sólo dos puntos de la otra copa. Además, sigue en carrera en la Copa Argentina, que también puede darle acceso directo.

Para River, la otra opción para clasificarse es volver a ser campeón de América. Un objetivo que está como prioridad máxima para Gallardo.

El Boca de Martínez carga con el mayor peso en este Superclásico

Diego Martínez inició su ciclo como DT con altas expectativas en este 2024, pero nueve meses después, todavía no está del todo claro cuál es su Boca. El equipo alternó buenas y malas, en cuanto a resultados y rendimientos en todo este tiempo.

Pero en un gigante como el Xeneize que siempre está obligado a ganar, haber sacado a River en cuartos de final de la Copa de la Liga, no fue suficiente con la posterior decepción de caer en semifinales con Estudiantes.

Y la eliminación en octavos de final frente a Cruzeiro en la Sudamericana, donde Boca era el máximo candidato al título, puede considerarse un fracaso, que le restó mucho crédito a Martínez, a quien no puede adjudicársele toda la responsabilidad. Los errores para inscribir jugadores para la Copa, decisiones dirigenciales sobre ventas, cesiones de futbolistas a los Juegos Olímpicos, además de algunas demoras para cerrar los refuerzos también incidieron. No obstante, cuando las cosas no salen como estaban planeadas, la primera cabeza que rueda es la del técnico.

¿Diego Martínez se juega el puesto en el Superclásico? Es difícil de responder con certeza. El Superclásico es un partido "saca-técnicos". Sin embargo, Juan Román Riquelme, presidente de Boca, repite en cada entrevista que está contento con el técnico.

Los cronistas de ESPN que cubren al club de la Ribera no creen que un mal resultado eyecte al estratega, pero sí podría dejarlo en la cuerda floja. Seis veces cambió de DT el Xeneize en los últimos cinco años, un hecho que deja a las claras lo fácil y rápido que el apoyo desaparece.

Se habla de una Bombonera como "Cabildo Abierto", pase lo que pase. Porque hasta aquí sólo se contempló qué pasaría con un resultado adverso frente a River.

La dirigencia de Boca, en el pasado, ya ha tomado decisiones importantes en base al buen o mal humor de sus hinchas. Por eso este Superclásico también podría verse como una oportunidad para Diego Martínez de sumar puntos frente a su gente.

En sus primeros choques con River, le tocó empatar y ganar, pero fue en el Monumental y en Córdoba. Ahora tendrá sobre sus espaldas el aliento de sus simpatizantes, un factor que puede pesar, en especial, si Gallardo decidiera llevar una formación mixta para preservar jugadores para la serie de cuartos de final de la Libertadores.

Si todo va bien para Boca, los "latidos" de la Bombonera le darán otro impulso al equipo, pero si no es así, los aplausos pueden convertirse en silbidos y reclamos con nombres propios.

En el contexto actual, ganar es un deber para Boca, porque juega en casa, por la forma en la que el resultado del Superclásico impacta en todos los involucrados y porque, hoy por hoy, no hay nada más importante para Martínez y los suyos.

Gallardo, entre la obligación de River ante el Superclásico y el objetivo superior

Para River, el Superclásico llega en un momento incómodo, por dos motivos principales. El primero, y más obvio, porque quedó en el medio de su serie ante Colo Colo por 4tos de final de la Libertadores. El segundo punto es porque Gallardo lleva poco más de un mes desde su regreso al Millonario y todavía está tratando de ponerle su sello al equipo.

Por momentos, River juega como en la etapa anterior del Muñeco, pero le cuesta sostener ese funcionamiento por 90 minutos, y empiezan a verse grietas tanto en defensa como en ataque. Recién el fin de semana pasado, obtuvo su primera victoria en el certamen local, luego de tres empates consecutivos.

En este escenario, el empate 1-1 en Chile por la Copa no ayuda. Si bien el técnico lo consideró positivo, la realidad es que todo está por definirse el próximo martes en el Monumental, algo que era previsible, pero que a la vez, complica el plan de "poner todo lo mejor" en esta seguidilla de partidos, que incluye la visita a Boca.

Gallardo no necesita que nadie le explique la importancia del Superclásico dentro del Mundo River, ni que este año, la Copa es la obsesión. De cuna riverplatense, El DT dirigió 26 veces contra Boca, de los que salió más veces victorioso que vencido, con la final de Madrid 2018 como máximo exponente de ese historial positivo.

El DT de River también sabe que tiene espaldas para soportar un resultado adverso, sin que eso lo salpique (excepto quizás, con una derrota catastrófica), lo que convierte este Superclásico en más incómodo: no querrá fallarle a ese enorme voto de confianza que le brindan desde el primer dirigente hasta el último hincha. Sin contar, con su inagotable ambición por ganar siempre.

Es un delicado equilibrio el que debe sostener Gallardo: si no se guarda nada y gana en La Bombonera, esa sonrisa se borrará en cuestión de horas, si después no logra acceder a las semifinales de Libertadores. Al mismo tiempo que perder con Boca puede afectar el ánimo y agregar presión a su plantel, de cara a la revancha con Colo Colo.

En conclusión: Diego Martínez y Gallardo tienen el privilegio de dirigir un Superclásico entre Boca y River, de poder tomar decisiones importantes al respecto y luego les tocará lidiar con las consecuencias. Para bien o para mal.