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Chiquito Romero llega bajo la lupa al Boca-River y se juega más que un Superclásico

Sergio "Chiquito" Romero vivirá un Superclásico más que especial este sábado 21 de septiembre en La Bombonera, cuando Boca Juniors reciba a River Plate en una nueva jornada del Torneo de la Liga Profesional, que se podrá vivir por ESPN Premium.

El arquero, de mil batallas y vasta experiencia, de final del mundo con Argentina ante Alemania en 2014 a la definición de la Libertadores del 2023 frente a Fluminense, enfrenta este sábado, ante River, quizás el encuentro más difícil de su paso por el Xeneize. Hay motivos para semejante afirmación. Veamos.

Por qué este Boca-River es tan importante para Chiquito Romero

El arquero de Boca viene de cometer el peor de los errores, y no por la magnitud de la equivocación, que a cualquier futbolista le puede pasar. Fue un desacierto que le quita instantáneamente la confianza a cualquier jugador. Esa confianza que Chiqutio Romero tuvo para intentar salir jugando en el clásico ante Racing, en Avellaneda el último fin de semana, apenas cuatro minutos después de que Milton Giménez le diera la ventaja al Xeneize.

El error de Chiquito Romero en salida, el gol de Racing que generó, fue un mazazo para Boca y le dio mucho viento a la Academia para después ir a buscarlo. Y el 1 quedó bajo la lupa, muy criticado en la previa del Superclásico, con el peso de ser referente y tener que aguantar sin chistar.

Para peor, Chiquito Romero tampoco tuvo la mejor de las reacciones en el gol de Roger Martínez, para el 2-1 final. Se quedó impávido y pudo haber hecho algo más ante el cabezazo del colombiano.

Chiquito Romero y una carrera con varios infortunios superados

"El partido se nos escapa porque yo cometo un error en el primer tiempo y nos hacen un gol. Ahí cambió el partido. Yo me hago responsable de lo que hice adentro de la cancha, y por el primer gol, que eso nos cambia el partido, que estaba totalmente controlado. Pero bueno, a veces suceden estas cosas y hay que hacerse responsable. Hay que seguir".

Hay que seguir, sí. Siempre. Así lo hizo en su carrera. Caerse y levantarse.

Chiquito Romero no ha podido tener gran continuidad en los clubes en los que estuvo, no por nivel sino por motivos físicos como lesiones más que nada.

Los errores, que siempre ocurren, tampoco ayudaron. Cuando se equivocó lo pagó caro. El fallo ante Racing puede rememorar a algunas equivocaciones que tuvo en Sampdoria, que acumuladas terminaron gestando su salida del club. Primero, a préstamo al Mónaco y luego, sin contrato al Manchester United, donde tampoco pudo destacar.

Los hinchas de la Samp todavía recuerdan cuando quiso gambetear a Ciro Inmobile, entonces en Pescara, y terminó despejando la pelota contra la pierna del futbolista, antes de tener que sacarla de su propia red. Pocos meses después, no pudo contener un remate controlable que sentenció una derrota ante Chievo Verona. Unas semanas más tarde, vio la roja por cometer un penal ante Parma que, también, derivó en derrota.

Y en la Selección, varios le achacan además el gol de Mario Götze en Brasil 2014, en el que Chiquito nada pudo hacer cuando el alemán controló en su área y remató de zurda y cruzado en el tiempo suplementario.

Pero el gran karma en la carrera de Chiquito Romero siempre fueron las lesiones. Y ahí se destaca su personalidad. Es un arquero que sabe sobreponerse a cuestiones negativas, con todo lo que eso implica.

Ahora, ante River, tiene la obligación de superar una equivocación pesada, como la que cometió en el clásico ante Racing, antes de que se haga una bola de nieve. Hay que ver cómo afecta al futbolista, de 37 años, la presión de tener que mostrar que aquello solo fue un error puntual.

Como suelen ser los Boca-River, se definirá por detalles. Esos donde los que van al arco muestran si son "arqueros de equipo grande". A Chiquito Romero, le toca renovar esa licencia. No hay grises este sábado en La Bombonera. Será héroe o villano.