Alejandro Sabella, el exfutbolista y entrenador de Estudiantes de La Plata y de la Selección Argentina, murió el martes 8 de diciembre de 2020 a los 66 años.
Pachorra se encontraba internado desde el 25 de noviembre en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires a causa de una arritmia y una bacteria complicó su cuadro.
Sabella había atravesado diferentes problemas de salud. En abril de 2016 comenzó una lucha contra un cáncer de laringe que lo obligó a permanecer internado en el Hospital Italiano, donde sufrió además una complicación de un episodio coronario del año anterior, que derivó en una angioplastia. El pasado 25 de noviembre sufrió una descompensación general, el mismo día que falleció Diego Maradona, y por la noche fue trasladado al ICBA.
El parte médico publicado el 1° de diciembre describía "una cardiopatía dilatada secundaria a enfermedad coronaria y cardiotoxicidad, habiendo ingresado a nuestra institución el día 25 de noviembre de 2020, con shock cardiogénico e infección previa".
El velatorio se llevará a cabo en el gimnasio del predio de la AFA en Ezeiza, este miércoles de 12 a 20 y el jueves de 10 a 12, pero solo para familiares, amigos y personalidades del deporte. Sus restos serán inhumados el jueves en el cementerio Campanario, en la localidad de Florencio Varela.
Fede Bueno habló de Pachorra y de la huella que dejará en Estudiantes y en los jugadores que dirigió.
Alejandro Sabella era una de las personas más queridas en el mundo del fútbol. Perfil bajo, respeto hacia los rivales y mucha capacidad, tanto como futbolista como entrenador.
Los primeros pasos los dio en River, por la década del 70, donde tuvo por delante a una figura como el Beto Alonso. Jugaban en la misma posición, pero cada vez que Pachorra debía reemplazar al Beto lo hacía en un gran nivel.
Tras un paso por Inglaterra de tres años, Estudiantes lo vio en todo su esplendor, cuando en 1981 se sumó al equipo de Carlos Salvador Bilardo, con quien ganaría dos títulos: Metropolitano de 1982 y Nacional de 1983.
Aunque se recibió de entrenador en 1990, Alejandro Sabella comenzó su carrera como DT en 2009, dirigiendo a Estudiantes de La Plata. Antes, Pachorra había acompañado como ayudante de campo a Daniel Alberto Pasarella, con quien hizo un largo "curso de postgrado" en la Selección Argentina, la Selección de Uruguay, River Plate, Corinthians, Monterrey y Parma.
Su carrera como DT en equipos fue corta pero exitosa: si bien sólo dirigió al Pincha por dos años, logró un título local (Apertura 2010) y llegó a tres finales internacionales: la Copa Libertadores de América de 2009, donde se impuso ante el Cruzeiro, la del Mundial de Clubes de ese mismo año, donde cayó con el Barcelona de Pep Guardiola, y la Recopa 2010, en la cual perdió 2 a 1 en la ida y empató 0-0 de local con la Liga de Quito.
Sabella demostró ser un gran estratega; un DT que además de trabajar en la semana con sus jugadores, estudia y mucho cada movimiento del rival. Dirigiendo a Estudiantes, se consagró en la Copa Libertadores de 2009. Pocos apostaban al Pincha en esa final ante Cruzeiro, ya que luego de haber empatado de local debía definir el certamen en Brasil.
El partido de ida fue tan parejo como el de vuelta. Sin embargo, en la revancha, Cruzeiro se puso en ventaja con gol de Enrique a los 6 minutos del complemento. El técnico no se desesperó por la desventaja: recién metió el primer cambio a 11 minutos del final, cuando con goles de Boselli y la Gata el Pincha ya había dado vuelta el marcador y estaba a punto de conquistar el máximo torneo continental.
Ese título le dio el pasaporte al Mundial de Clubes para medirse con el Barcelona, el mejor equipo del mundo. El gran partido que planteó ante los catalanes, que en ese momento estaban en el pico máximo de su rendimiento, estuvo muy cerca de dar resultado. El esquema táctico le sirvió hasta el minuto 88 de juego, cuando Pedro selló el empate y mandó la definición al suplementario.
"La idea básica era contrarrestar al Barcelona donde se hacía fuerte, en la mitad de la cancha. Si bien ellos tuvieron la posesión del balón en más de un 60 por ciento, no les dimos muchas chances de llegarnos con peligro. Y logramos ponernos en ventaja. Al final nos caímos, pero por el mérito de un equipo extraordinario", explicaba Sabella.
Con la Selección fue cambiando de estilo y de esquema. Se vio en el Mundial de 2014, donde arrancó con un estilo muy ofensivo y terminó armando un equipo más sólido atrás. Así, llegó a la final, que perdió en tiempo suplementario ante Alemania, mostrando por momentos superioridad ante un rival que llegaba de golear a Brasil, el local.
Llegó el tiempo de decirle adiós a la Selección, aunque los jugadores lo querían en el banco. Había formado una linda relación con los futbolistas, y había dejado a la Argentina cerca de su tercera Copa del Mundo.
El descanso que necesitaba se hizo obligado más tarde, cuando comenzaron los problemas de salud.
Hoy, todo el mundo del fútbol lamenta su pérdida.