Alejandro Sabella fue un entrenador reconocido. Sin embargo, su carrera con el buzo de DT se identifica con dos grandes amores. Estudiantes de La Plata y la Selección argentina.
Justamente esa última lo marcó como uno de los técnicos más importantes de los últimos tiempos. Bajo su mando, la albiceleste fue subcampeona del mundo.
Comenzó dando los primeros pasos tras suceder a Sergio Batista en el cargo, en 2011. El debut fue el 2 de septiembre ante Venezuela en Calcuta, con triunfo por 1 a 0. Comenzaba el largo camino hasta la final de Brasil 2014.
Las Eliminatorias, siempre un trámite difícil para todo entrenador, las sorteó de una buena manera. Terminó primera la Argentina con 32 puntos, superando por dos a Colombia. Claro, como punto a favor no estaba Brasil, anfitrión del Mundial.
Hasta que llegó Brasil, donde la Argentina era una de las favoritas. Por supuesto, porque jugaba Messi. Pero además, la albiceleste contaba con un equipo de estrellas de mitad de cancha hacia adelante: Higuaín, Agüero, Di María, más la enorme presencia de Mascherano en el mediocampo.
El equipo comenzó jugando con una idea muy ofensiva, que con el correr de los partidos el DT fue cambiando.
El debut fue triunfo por 2 a 1 ante Bosnia, luego una ajustada victoria ante Irán por 1 a 0, y un 3 a 2 final contra Nigeria para asegurar el primer puesto del grupo.
A partir de octavos de final el entrenador cambió el libreto: se vio un equipo más fortalecido en la defensa: triunfo por 1 a 0 en tiempo suplementario ante Suiza, victoria por 1 a 0 ante Bélgica en cuartos y el sufrimiento de los penales ante Holanda, tras el 0 a 0 que no se rompió, para llegar a la final.
Parecía que era ese el momento. Con Messi en cancha y mucha presencia Argentina en las tribunas, llegó la dura Alemania. Una vez más los teutones fueron verdugos. No alcanzó con el gran planteo del DT ni con una Argentina que hizo un gran partido.
En tiempo suplementario llegó el gol de Gotze y la derrota. Pero la Selección se fue con la frente en alto.
Sabella había demostrado ser un gran entrenador, en realidad lo había confirmado, y también un DT que sabía mucho sobre cómo manejar un grupo de estrellas.
Pero ya no tenía energía para seguir otro ciclo más al frente del plantel, y presentó la renuncia pese a que los futbolistas y la dirigencia lo querían al frente del equipo.
“Me voy tranquilo, porque sé que hicimos un gran Mundial. Los jugadores hicieron un gran trabajo y llegamos a una final luego de 24 años. Ahora, necesito descansar”, decía Pachorra tras la despedida.