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Hernán Crespo, a los 50: goles, cicatrices, propósito y la vida más allá del área

Hernán Crespo festejando con Al Ain la AFC Champions League. EFE

Hernán Jorge Crespo cumple 50 años este 5 de julio de 2025. Medio siglo de vida y más de tres décadas de una historia tejida entre redes infladas, frustraciones forjadoras y la búsqueda incansable de un propósito que trascienda los límites de la cancha. Fue uno de los mejores delanteros argentinos del siglo XXI, y hoy, desde el banco de suplentes del São Paulo, sigue siendo un hombre de detalles. Y de convicciones.

Un pibe que insistía

"Fui suplente de los 9 a los 16 años", confesó en una entrevista en ESPN. No lo dijo con rencor, sino con la firmeza de quien sabe que en esa adversidad se gestó su fuego interior. Venía del colegio La Salle, de clase media, sin el "pedigree" popular que muchos creen necesario para el fútbol. "Lo sufrí, y el físico tampoco me ayudaba. Era chico. Me empecé a mover sin pelota, por el temor a que me peguen". Así nació el arte del desmarque. Así nació Crespo.

"Amaba mucho el juego. Aunque fueran cinco minutos, me divertía. Era mi pasión. Lo fundamental es creer en uno mismo", decía. En cada minuto robado al banco estaba su resiliencia

De River al mundo

Su explosión fue con Ramón Díaz en River, campeón de CONMEBOL Libertadores en 1996. Europa lo esperaba: Parma, Lazio, Inter, Milan, Chelsea. En todos dejó huella, incluso cuando lo vendieron por cifras récord.

En la selección, hizo 35 goles en 64 partidos. Un número que lo ubica entre los máximos artilleros argentinos de la historia, cuarto detrás de Sergio Agüero, Gabriel Batistuta y Lionel Messi. Su asignatura pendiente fue el Mundial, pero supo dejar goles en todas las finales importantes que jugó. "A veces no llegás, pero de eso se trata: de darlo todo", reflexiona.

El entrenador que aprendió llorando

Hoy, Crespo es entrenador. A los 50, dirige su segundo ciclo en São Paulo, tras haber ganado la Sudamericana con Defensa y Justicia, un triplete en Qatar con Al-Duhail y una Champions asiática con Al-Ain. Todo eso, en apenas cinco años.

Pero no todo fue trofeos. "Soy de llorar. Me lo permito de manera natural, es parte del crecimiento", dice. Lo dice quien vive lejos de sus hijas y lo sufre. Quien ha vivido solo más veces de las que prometió. Y aún así, está en paz: "Les estoy dando calidad de vida. Hoy me ven feliz".

El juego como propósito

Crespo habla del fútbol con una mirada que mezcla sensibilidad y táctica. No se enamora del "yo", sino del "nosotros": "Como técnico tenés que respetar los objetivos individuales, pero no pueden ir en contra del objetivo grupal".

Defiende el juego como herramienta de aprendizaje. "Trato de que todo ejercicio sea un juego". Y sueña a lo grande: "Me encantaría que mis equipos sean ametralladoras de gol".

Aprendió en Europa la importancia de los detalles: "El primer nivel te exige en los detalles. Comer bien, acostarse temprano, entrenarse, ser educado. Se puede tener éxito siendo honesto".

Ídolos, duelos y cicatrices

Crespo no oculta su costado sensible. Reconoció en reiteradas oportunidades su fanatismo por Carlos Reutemann, Gabriela Sabatini, Diego Maradona. Siempre habla de derrotas dignas. De pasiones que se dan enteras. "Me quedó marcado Lole en la Fórmula 1. Dio todo y no le alcanzó. En el país no lo respetamos como tal".

Y en varias entrevistas recuerda aquel Argentina–Inglaterra del '86 con su padre, que no sabía decir “te quiero”, pero se arrodilló para gritar los goles de Diego. "Eso me marcó. Ahí supe que quería hacer eso".

Un fuego que no se apaga

A los 50, Hernán Crespo vive en presente y con el deseo eterno de algún día dirigir River Plate o la Selección Argentina. Con su São Paulo, pelea por levantar al equipo en el Brasileirao y sueña con hacer historia en la Libertadores. Pero no persigue medallas: persigue sentido.

"En la vida tenés que dejar algo. Un propósito por el que estás acá. Se puede tener éxito siguiendo las reglas", señaló una vez en ESPN.

Y en una época donde lo fugaz manda, Crespo apuesta a lo eterno: darlo todo. Como en 1996 en River. Como en Parma. Como con sus hijas. Como ahora, otra vez en Brasil.

Palmarés de Hernán Crespo

Como jugador (16 títulos y una medalla de plata de JJ.OO):

River Plate: 2 Torneos Apertura (1993, 1994), 1 Copa Libertadores (1996)

Parma: 1 Coppa Italia (1999), 1 Supercopa Italiana (1999), 1 Copa UEFA (1999)

Lazio: 1 Supercopa Italiana (2000)

AC Milan: 1 Supercopa Italiana (2004)

Chelsea: 1 Premier League (2005–06), 1 Community Shield (2005)

Inter de Milán: 3 Serie A (2006–07, 2007–08, 2008–09), 2 Supercopas Italianas (2006, 2008)

Selección Argentina: Medalla de oro Panamericanos (1995), medalla de plata en Juegos Olímpicos (1996)

Como entrenador (6 títulos):

Defensa y Justicia: 1 Copa Sudamericana (2020)

São Paulo FC: 1 Campeonato Paulista (2021)

Al-Duhail (Qatar): 1 Liga de Catar (2022–23), 1 Copa de Catar (2023), 1 Copa de las Estrellas (2023)

Al-Ain (Emiratos Árabes): 1 AFC Champions League (2024)