Julián Álvarez abrió este martes para Manchester City el cerrojo llamado Estrella Roja. Tras un primer tiempo en el que su equipo no pudo abrir el marcador pese a haber pateado ¡22! veces al arco y para colmo sufrió el gol del ghanés Osman Bukari al filo del entretiempo, el argentino resolvió el asunto con un doblete en los primeros 15 minutos de la segunda parte.
El primer tanto tuvo su sello particular. Hacer rápido y fácil lo que para cualquier otro es difícil. Empezó la jugada trasladando en mitad de cancha, entregó para Erling Haaland y corrió a buscar la devolución. Que llegó y de gran forma, porque el noruego le metió un pase filtrado sobre la derecha del área. Julián desactivó al arquero rival, Omri Glazer, con un pequeño enganche y pateó rápido para que no llegaran los defensores que intentaban cerrar. Golazo.
Eso calmó al City, que enseguida retomó el dominio abrumador que ejerció en el primer tiempo, pero ahora con otra tranquilidad.
Y sería el propio Álvarez el encargado de terminar de dar vuelta el encuentro. Aunque con una ayuda muy grande de Glazer.
Tiro libre desde la izquierda del área. Julián metió el clásico centro apuntado hacia el arco, pero con la idea de buscar a Haaland sobre el segundo palo.
Ahí llegó el grave error del portero de Estrella Roja, que intentó rechazar la pelota con un puñetazo, pero el golpe le salió pifiado y terminó desviando el balón hacia adentro de su meta.
Destrabado el partido, los movimientos del equipo de Pep Guardiola recuperaron su fluidez habitual y, casi por decantación, llegó la ampliación del resultado. Fue de la mano de Rodri, a los 28 de la segunda parte.