El PSG, ante la hora de la verdad. Neymar ante su reto definitivo. Los octavos de final de la Champions conducen este martes al campeón francés a Alemania, donde después de tres temporadas de fracasos buscará por primera vez desde 2016 un billete para los cuartos de final de la competición, objetivo de mínimos de un equipo construido para la gloria y que difícilmente encajaría una nueva decepción.
En Dortmund estará, al frente del PSG, Neymar, recuperado de su última lesión y obligado más que nunca a liderar al grupo de Tuchel para superar ronda. No es una cita más para el crack brasileño, que entre todo el ruido que se vive a su alrededor, con un retorno al Barcelona que abandonó en 2017 en el plano, necesita sacarse de encima el sabor del fracaso que acompaña en Europa a su equipo y a él, en particular, desde que aterrizó en París.
Escapado a la carrera del Barça en el verano de 2017 para dejar de ser el simple acompañante de Leo Messi y convertirse en la principal y más brillante estrella en la capital francesa, la carrera de Neymar en el PSG dibuja más decepciones que alegrías. Campeón sin oposición en la Liga local, Europa se ha convertido en un muro insalvable las dos últimas campañas, no superando ese maldito primer cruce tras la fase de grupos el equipo y apenas jugando uno de los cuatro partidos de su equipo el astro brasileño.
No es de extrañar que a su alrededor haya crecido desde hace más de un año la intención de huir de París y desandar el camino de vuelta al Camp Nou, donde el vestuario azulgrana le acogería, con Messi al frente, con los brazos abiertos. Puede que ocurra, por fin, en el verano de 2020… Aunque antes tiene un reto ineludible en la Champions. Empezando por este cara a cara frente a un Borussia Dortmund que no conoce la derrota esta temporada en su estadio.
PRECEDENTES SOMBRÌOS
Eliminado por el Real Madrid en la temporada 2017-18, Ney pasó sin mucho bombo por el Santiago Bernabéu, donde fue amonestado y el PSG derrotado por 3-1 para ya no jugar el partido de vuelta en el Parque de los Príncipes, lesionado y viendo desde la tribuna como el equipo merengue se imponía por 1-2 para acabar con las esperanzas de grandeza del conjunto que dirigía en aquel entonces Unai Emery.
Peor fueron las cosas el pasado curso, cuando después de completar la fase de grupos y pasar el PSG a octavos como primer clasificado, otra lesión en el pie mantuvo a Neymar fuera de los campos durante cerca de tres meses, perdiéndose unos malditos octavos de final ante el Manchester United que no pudieron tener peor sabor de boca para el cuadro galo. Venció en Old Trafford por 0-2 dejando el pase prácticamente sentenciado…
Y en París, otra vez con el brasileño en la tribuna, el equipo inglés le dio la vuelta sorprendentemente a la eliminatoria, venciendo por 1-3 y sentenciando, nuevamente, el fracaso absoluto para el campeón galo.
SIN EXCUSA
Alejado de los campos en las dos últimas semanas, tras sufrir un golpe en las costillas frente al Montpellier, Neymar acumula ya esta temporada tres lesiones que le han mantenido de baja cerca de 80 días y le han apartado de los campos hasta en 14 partidos oficiales del PSG.
Hace una semana su presencia en Dortmund se estimaba muy dudosa pero el crack brasileño, ya el jueves durante una entrevista con la agencia SNTV, insinuó su participación en el duelo del Westfalensation ante el equipo alemán. “Será un gran partido, sabemos que será difícil pero esperamos traernos un buen resultado a París” explicó.
Su explicación es poco menos que una declaración de intenciones inexcusable para el entorno del PSG, presionado como nunca ante una eliminatoria que no concibe no superar en lo que sería un tercer fiasco consecutivo y de imposible excusa atendiendo a que en las tres últimas temporadas ha invertido casi 600 millones de euros en reforzar la plantilla (solo el Barcelona gastó más), en su búsqueda de la gloria europea.
El PSG se juega mucho este martes en Dortmund… Y Neymar, también.