Lautaro Martínez mira hacia el cielo mientras grita un gol y ve, en un pequeño mástil ubicado en la cima de las tribunas, la hoz y el martillo soviéticos.
El micro del súper profesionalizado Real Madrid circula, ante la mirada curiosa de los ciudadanos, por una avenida que se llama Karl Liebknecht, en homenaje al fundador del Partido Comunista Alemán.
Karim Benzema patea un tiro libre en una ciudad cuya estatua más importante es la de Lenin.
Estas escenas imaginarias, que en principio suenan inverosímiles, se pueden hacer realidad a partir de este mes porque el equipo moldavo Sheriff Tiraspol clasificó por primera vez en su historia a la fase de grupos de la UEFA Champions League, y compartirá zona con el Nerazzurro (lo enfrentará el 19/10 y el 03/11) y el Merengue (con el que se medirá el 28/09 y el 24/11), además de con Shakhtar Donetsk.
El Sheriff es un club fundado en 1997 en Transnistria, un estado que se proclama independiente pero no es reconocido como tal por la comunidad internacional. Según los mapas oficiales, es una región de Moldavia.
Y aunque la pro-rusa Transnistria tiene su propio presidente y su propia moneda, Sheriff tomó desde el principio una sabia decisión: participar en la liga de fútbol profesional de Moldavia, que -al estar homologada por la UEFA- entrega al campeón la posibilidad de pelear por un lugar en la Champions League.
Desde 2001, el conjunto con base en la autodenominada 'República de Transnistria' ostenta un dominio hegemónico de la liga moldava, y por eso desde hace dos décadas lucha año a año por un boleto a la Champions.
En este 2021 lo consiguió por primera vez.
Para hacerlo, tuvo que sortear cuatro fases de previa: dejó en el camino a Teuta, de Albania; Alashkert, de Albania; Estrella Roja, de Serbia; y Dinamo Zagreb, de Croacia, sin perder uno solo de los ocho partidos que conformaron la saga.
El plantel del 'equipo sin nación' tiene una valuación aproximada de 12 millones de euros, el más modesto de la Champions, y cuenta en sus filas con un colombiano -el delantero Frank Castañeda, que es el capitán- y un peruano -el defensor central Gustavo Dulanto-.
El Sheriff Stadium fue construido en 2001 y remodelado en 2011, y tiene una capacidad de 13.500 espectadores. Es el más grande no sólo de Transnistria, sino también de Moldavia, y en él incluso jugó en varias oportunidades la selección moldava.
Allí se escribirán esta temporada las primeras páginas de la historia futbolística a nivel Champions tanto de Moldavia como de Transnistria.
Y serán sin dudas doradas, más allá del resultado que muestren los tanteadores al final de cada partido.