Fútbol Americano
Jordi Blanco, Corresponsal en Barcelona 2y

Barça: El público sigue sin regresar al Camp Nou en la era post Messi

El Barcelona tiene varios problemas... Y entre todos ellos, aflora otro acaso desconocido en el pasado, al menos en lo que a la Champions League se refiere. En un partido trascendental, jugándose poco menos que su futuro en el torneo tras las dos iniciales derrotas, apenas 45,968 espectadores se dieron cita en las gradas del Camp Nou. La peor entrada que se recuerda en la competición sin restricciones de público. Nada menos que desde 2011.

El domingo visitará el estadio el Real Madrid en un Clásico que siempre llenó las gradas y después de los dos últimos partidos frente a Valencia y Dinamo de Kiev, en que no se ha llegado a los 50 mil hinchas en el graderío, existe preocupación por la poca afluencia. Quienes acuden al Camp Nou animan sin cesar... Pero la imagen de las gradas es tan triste como preocupante.

Si tanto en los cuatro primeros partidos de Liga como en el estreno de Champions frente al Bayern Múnich se comprobó que a pesar de esas restricciones de público la afición no respondía como se esperaba, una vez que el gobierno catalán permitió abrir el estadio en su totalidad ese desengaño quedó, dramáticamente, aún más a la vista.

El domingo, con ocasión de la visita del Valencia, acudieron al estadio, según datos oficiales, 47 mil 317 aficionados, una entrada decepcionante teniendo en cuenta que era el primer encuentro abierto totalmente al público desde el 7 de marzo de 2020. Se impuso el argumento del horario nocturno... pero la decepción fue evidente.

SOLOS

Y el asunto empeoró este miércoles. Dos mil espectadores menos que el domingo a pesar de que el club puso a la venta localidades con precios económicos, a partir de 20 euros, y de la necesidad evidente que tiene el Barcelona de recibir el apoyo de los suyos.

Teniendo en cuenta que contra el Bayern acudieron 39 mil 737 hinchas estando limitado el aforo del Camp Nou al 60 por ciento -y que en toda la temporada 2020-21 se jugó a puerta cerrada- de la misma forma que el partido de Champions frente al Napoli del curso anterior, el estadio azulgrana no presentaba un aspecto tan desangelado desde el 6 de diciembre de 2011. En aquel entonces, cuando en la tercera jornada de la fase de grupos de la temporada 2011-12, acudieron 37 mil 374 aficionados al Camp Nou en el partido frente al BATE Borisov.

La diferencia entre esta jornada y aquella es que entonces el Barça alcanzó la última jornada de la fase de grupos matemáticamente para octavos de final como campeón de grupo. No se jugaba nada... Y además, el partido se jugaba en día festivo durante una semana en que al cabo de dos días, el ocho de diciembre, también era fiesta.

Desde entonces, los 48 mil 336 aficionados que acudieron al partido frente al Sporting de Portugal el cinco de diciembre de 2017, otra vez en víspera de festivo y en la última jornada de la fase de grupos con todo decidido y el equipo clasificado como primero para octavos de final, había sido la entrada más pobre.

Pero nunca, en una tercera jornada, segundo partido como local, se había visto un Camp Nou tan desangelado como este miércoles.

La marcha de Messi, la todavía ausencia de turistas, el poco crédito que de momento ofrece el equipo, la pérdida de costumbre tras año y medio viendo fútbol por televisión... Pueden establecerse varias razones para explicarlo, pero la realidad es que el Barça no se sentía tan solo en el Camp Nou desde hace más de treinta años.

Y esa circunstancia preocupa.

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