Junior cambió de técnico en la mitad de la temporada. Sacó a Arturo Reyes que pese al título de diciembre siempre estuvo discutido por los hinchas.
Las quejas se repitieron después de sus partidos en Bogotá, Tunja o en Santiago. Pese a que terminó invicto los grupos de Conmebol Libertadores con victorias en Río y Quito y empate en Lima, su propuesta de visitante tuvo reparos.
A Reyes lo señalaron por cuidarse demasiado fuera de Barranquilla. El plantel reforzado a su pedido, pudo dar más en instancia definitivas en 2024. Contra Millonarios en la última fecha de los cuadrangulares ofreció poca resistencia. Dependía de si mismo y con el empate en El Campín repetía final. Cayó 2-0.
En la Copa arrancó los octavos frente a un rival que apenas ganó un partido de local en los grupos. Controló el 0-0 hasta los 76. El gol de Vicente Pizarro cortó su racha sin derrotas y lo obligó a ganar en Barranquilla. Pudo ir por más.
Flojo en el Metropolitano
Jugar en casa fue difícil para Junior. Empató sus tres compromisos de Libertadores y ganó tres partidos de los últimos siete. El pasado fin de semana, ante Santa Fe fue uno de los más criticados. Empató 1-1 sin sacar ventaja de la expulsión de Edward López en los cardenales.
La hinchada lo hostigó con insultos. Nunca hubo piel. Quedaron rencores de su paso anterior de apenas ocho partidos en tiempos de Juan Fernando Quintero.
El décimo título fue insuficiente para conquistarla.
Bajos niveles
Algunos refuerzos tuvieron malos rendimientos. El mediocampista Víctor Cantillo terminó suplente. Fue una de sus apuestas y defraudó.
Yimmi Chará y Marco Pérez tampoco cumplieron las expectativas.
Sin efectividad
La falta de definición también alteró los nervios. Dejó ir puntos valiosos por sus fallas para resolver.
Aún así tiene a Carlos Bacca como el máximo artillero del torneo colombiano con 15 anotaciones.