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Ángel Di María y el final feliz que eligió para su historia con la Selección Argentina

Di María tendrá su "last dance" en la final de la Copa América ante Colombia Getty Images

"Yo le dije, yo no quiero ser titular. Yo quiero estar, quiero formar parte. Quiero ganar algo con la Selección", casi como una súplica, Ángel Di María apeló a una entrevista en ESPN en el 2019, cuando Lionel Scaloni no lo tenía en cuenta. A pesar de todo, quería seguir representando a Argentina. Pura resiliencia. Castigado por las críticas, los resultados y su propio físico, peleó hasta revertir la situación y ser campeón. Después de más de 16 años luchándola, Fideo eligió que la Copa América 2024 fuera su última competencia como albiceleste y, la final frente a Colombia, tuvo su salida "por la puerta grande", como él quería.

El talento de este zurdo rosarino nacido el 14 de febrero de 1988, impulsado por Don Ángel Tulio Zoff en Rosario Central llegó a la Selección en la Sub 20 que disputó el Sudamericano Sub 20 de Paraguay 2007, donde consiguió los pasajes al Mundial de la categoría y los Juegos Olímpicos de Beijing del año siguiente. Fue campeón en ambas competencias aunque se perdió la final de la Copa de la FIFA por una lesión, una situación que marcó su carrera con la Albiceleste y lo atormentó. Pero también anotó un gol y se colgó la medalla dorada en China, otro adelanto de lo que iba a pasar después, mucho después.

Compañero y socio de Lionel Messi desde aquellos días, a Angelito le costó un poco más establecerse. Alfio Basile lo subió al equipo mayor en el 2008, debutó en un empate 1-1 con Paraguay en el estadio Monumental por Eliminatorias mundialistas y desde allí se mantuvo casi en forma ininterrumpida hasta ahora.

Di María, el enemigo número 1 en la Selección

Visto en retrospectiva, es increíble que Di María haya recibido tantas críticas desde la prensa y "hate" en las redes sociales por sus actuaciones para Argentina. Marcada quedó su expulsión en La Paz contra Bolivia, cuando el equipo de Diego Maradona sufrió una goleada histórica por 6-1 por las Eliminatorias mundialistas para 2010. Pero Diego salió a bancarlo: "Yo le dije al pibe: 'Yo muero con vos'", contó el ídolo, quien lo llevó al Mundial de Sudáfrica, el primer torneo grande para Angelito con la Selección. Y la primera tristeza con la eliminación en cuartos de final a manos de Alemania.

Después vino la Copa América de 2011 en Argentina bajo el mando del Checho Batista y otra decepción, con la caída frente a Uruguay por penales en cuartos de final. Alejandro Sabella le renovó el voto de confianza a Fideo, una de las figuras de aquel plantel que en 2014 llegó, nada menos, que a la final del Mundial en Brasil.

Di María marcó su primer gol en la máxima cita y llevó a Argentina a cuartos de final, al sentenciar la victoria 1-0 sobre Suiza, a dos minutos del final del tiempo suplementario. Pero frente a Bélgica se lesionó y fue, probablemente, el dolor más grande de su trayectoria.

"Sinceramente quería jugar ese día, incluso si se terminaba mi carrera. Pero tampoco quería hacerle las cosas más difíciles al equipo. Así que me desperté muy temprano y fui a ver a nuestro técnico, Alejandro Sabella. (...) Yo sólo quiero ganar la Copa. Si me llamás, voy a jugar hasta que me rompa', le dije. Y entonces me largué a llorar. No lo pude evitar". Entre su lesión y la presión de Real Madrid para que no jugara, al final, Di María se perdió ese partido en el Maracaná, en el que Alemania se quedó con la gloria gracias al triunfo por 1-0 en el suplementario.

Pese a los detractores, Sabella dejó en claro lo que era Di María para ese equipo: "Un jugador, esencial, vital para nosotros".

Y los golpes siguieron llegando para Angelito y esa generación de jugadores excepcionales. Dos finales más consecutivas. Y dos derrotas más. De nuevo, Di María castigado por su físico: apenas pudo jugar menos de media hora frente a Chile en la definición de 2015 y también tuvo que ser reemplazado en la de 2016 frente al mismo rival.

El desastre comandado por Jorge Sampaoli en el Mundial 2018 (eliminado en octavos) pareció ser el final para casi toda esa generación, incluído Di María.

"Yo fui uno de los que le dije después del Mundial 2018, que no sabía que iba a dirigir a la Selección, le dije: 'No te bajes de este barco, vos tenés que seguir estando en la Selección", reveló Lionel Scaloni en ESPN.

La Scaloneta: tiempo de reconciliación y redención

El mismo Scaloni que le pidió que siguiera en el equipo nacional, fue a quien Di María tuvo que pedirle en repetidas entrevistas televisivas que lo volviera a convocar. Fideo parecía no formar parte del nuevo proyecto de la Selección, en plena renovación.

Mientras sus amigos le aconsejaban disfrutar de su cómoda vida en París, el volante sólo pensaba en vestir de nuevo los colores del país. Hasta que Scaloni le respondió con una videollamada y, envueltos en lágrimas, aclararon todo y poco después, Di María retornó a la Albiceleste.

Fue una etapa diferente. El rosarino pasó a ser una pieza de recambio. Pero estaba adentro. La Copa América 2019 fue una primera prueba para este nuevo ciclo y el tercer puesto sirvió como inicio.

La Copa América siguiente, postergada para 2021 por la pandemia de Covid, fue donde Di María "rompió la pared": ingresó en los minutos finales, sólo fue titular dos veces y su único gol del torneo lo marcó en la final, en un Maracaná semivacío frente a Brasil. Argentina se coronó después de 28 años y Angelito, Messi, Sergio Agüero y Nico Otamendi pudieron gritar campeón por primera vez y celebrar en nombre de toda esa generación a la que los resultados la dejaron sin nada.

"Acá está, tanto sacrificio, tanto romperme el ojete, para estar acá. Se logró, se logró. Lo logramos (se quiebra), los amo mucho, gracias por bancarme siempre, los amo. ¿Viste? Algún día se iba a romper la pared, se rompió la pared. Nunca aflojé, pá. Como siempre me enseñaron, siempre estuve ahí y se terminó dando. Los amo". El diálogo, que se volvió viral, corresponde a Di María en una videollamada con su familia, sentado en el césped del Maracaná, emocionado con la medalla colgada.

Desde ese momento, el Di María que se lesionaba en las finales -como si fuera algo voluntario-, pasó al ser el héroe de las finales. Con su gol en la Finalissima de mediados de 2022 en Wembley, para vencer 3-0 a Italia, y el golazo, que soñó la noche anterior, frente a Francia en la infartante final del Mundial 2022 en Qatar, ganada por penales. Tres títulos en dos años, luego de más de 13 de lucha, de ponerle el pecho a la adversidad y el corazón con el que celebra, a la camiseta albiceleste.

Después de 145 partidos que lo subieron al podio de máximas presencias en la Selección y con su nombre incluído en la historia grande del fútbol argentino, aunque el cuerpo (que tantas veces le jugó en contra) todavía le da para seguir, Ángel Di María decidió que es hora de darle paso a las nuevas generaciones e irse por la "puerta grande". Cuesta aceptarlo, muchos quisieron hacerle cambiar de parecer, pero así lo eligió él. Contra Colombia, bicampeón de América en Miami, Fideo tuvo su final feliz, el que se merecía.