La primera Copa América se celebró en 1916, en Buenos Aires, participaron 4 equipos (Argentina, Uruguay, Chile y Brasil), se disputó con el sistema todos contra todos, y la ganó la Celeste al imponerse al seleccionado anfitrión en dos capítulos. ¿Cómo? Sí, leyó bien, estimado lector.
La final comenzó el domingo 16 de junio en el estadio de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (G.E.B.A.) en el barrio de Palermo, considerado el mejor coliseo del momento en Sudamérica, y finalizó el lunes 17 de junio en el estadio de Racing Club de Avellaneda.
El primero, el domingo, debía iniciarse a las 14.30 horas, pero se postergó una hora por la incesante entrada de gente. Cuando hicieron su entrada ambos equipos, la cancha estaba colmada de espectadores y los jugadores se retiraron a los vestuarios. Ya se habían vestido de civil para marcharse, cuando se resolvió que el partido se jugaría, aunque no decidiría el torneo, sino que sería un amistoso.
Volvieron a cambiarse para vestir de corto, salieron a la cancha y ayudaron a los policías a retirar a la gente, aunque los intrusos se quedaron en un costado, a medio metro de las líneas laterales. El comienzo de la acción provocó que la marea humana (en total había más de 20.000 personas enardecidas, la mayoría sin entrada), desbordara el aforo e invadiera por la fuerza el terreno de juego a los 2 minutos, momento en que el árbitro chileno Carlos Fanta decidió parar y aplazar el encuentro.
Sólo la divina providencia evitó que hubiera una masacre, ya que la furia por la suspensión provocó el caos. Disconformes con la decisión de postergar el juego, precursores seguramente de algunos barras bravas actuales, arrancaron uno de los arcos, prendieron fuego a las redes, e incendiaron la tribuna popular de madera que daba al río de La Plata. Los bomberos recién lograron controlar el fuego a las 22 horas, y de las 3 tribunas populares no quedó rastro. Sólo se salvó el palco oficial.
Tras los incidentes y el amago de tragedia, los 11 efectivos de la Policía destinados al operativo detuvieron a 4 personas.
El segundo capítulo se inició 24 horas después del escándalo, una vez que cesó la venta de entradas al comprobar que las tribunas del Cilindro de Avellaneda estaban repletas. El partido finalizó en empate (0-0), resultado que consagró al combinado oriental.
Otro dato que habla del espíritu amateur de la época es que en aquel tiempo no existían los entrenadores, razón por la cual los jugadores eran elegidos por una comisión de la Asociación de Fútbol. Más que selección era un rejunte.
Para muestra, vale otra anécdota que pinta de cuerpo entero la manera de organizarse en ese entonces. Argentina goleó (6-1) a Chile en la segunda fecha de la Copa, y el 10 de julio debía enfrentar a Brasil en el estadio de G.E.B.A. El caso es que cuando los dirigentes de la Asociación Argentina de Football decidieron cómo formaría el equipo, sólo había diez jugadores. Alberto Ohaco, jugador de Racing (marcó 244 goles en 278 juegos entre 1912 y 1923, lo que se constituyó en un récord para el club) y autor de un doblete contra Chile, no pudo regresar a tiempo de un viaje laboral, con lo que faltaba uno para completar los once.
Los directivos intentaron que Ricardo Naón, jugador de Gimnasia y Esgrima La Plata que se encontraba en el estadio, supliera a Ohaco. Naón no era delantero, pero había sido parte de la selección en 2 oportunidades y había que cubrir esa plaza. Naón se negó, indignado porque hacía más de 2 años que no era citado y ahora le requerían por una cuestión extradeportiva. Así que los directivos sedujeron a José Laguna, delantero de Huracán quien estaba en la tribuna como espectador.
‘El Negro’ Laguna nunca había jugado en la selección y aceptó completar el equipo casi sin pensárselo. Entró tan motivado a la cancha que ante 16.000 a los 10 minutos del primer tiempo marcó el gol argentino tras un gran remate con la pierna derecha. La historia de ese gol y del ingreso de Laguna se desdibujó con el empate de Alencar para Brasil (que aquel día vistió una extraña camiseta a rayas verticales verdes y amarillas), a los 24 minutos. Esa igualdad contra la verdeamarelha acabaría lastrando la opción de Argentina para ganar el título.
Con Ohaco en lugar de Laguna en la final (la albiceleste formó con Carlos Isola; Zenón Díaz, Armando Reyes; Pedro Martínez, Francisco Olazar, Gerónimo Badaracco; Adolfo Heissinger, Alberto Ohaco, Juan Enrique ‘Harry’ Hayes, Alberto Marcovecchio y Juan Nelusco Perinetti), el cero a cero vs Uruguay le dio el título al combinado charrúa, que antes había conseguido vencer a Chile (4-0) y a Brasil (2-0).
Cabe apuntar que Chile presentó una propuesta formal para invalidar el triunfo de Uruguay por haber alineado a dos jugadores de raza negra, Juan Delgado e Isabelino Gradín. Objeción que fue denegada. De hecho, Gradín, bisnieto de esclavos congoleños al igual que Delgado, nacido en Montevideo el 8 de julio de 1897, se erigió en el goleador del campeonato con 3 anotaciones, y a la vez fue elegido mejor jugador del torneo.
Portento de la naturaleza, Gradín se consagró también Campeón Sudamericano de atletismo en 400m (1918, 1920 y 1922), de 200m (1919 y 1920), de la posta 4x400 (1920 y 1922) y ganó 9 medallas de oro para Uruguay.
Precisamente, Isabelino, después de dejar el fútbol creó un club de atletismo en Montevideo, y murió sumergido en la pobreza el 21 de diciembre de 1944 a los 47 años. Sus hazañas han sido glosadas por Eduardo Galeano y el poeta peruano Juan Parra del Riego.
Uruguay abrazó su primer momento de gloria con estos once jugadores: Cayetano Saporiti; Alfredo Zibecchi, Manuel Varela; José Tognola, Isabelino ‘La Flecha Negra’ Gradín, Alfredo Foglino; Juan Delgado, Pascual Somma, José Piendibene, Rodolfo Marán y Miguel Benincasa.
RESUMEN Copa América 1916
02/07/1916 URUGUAY 4 - CHILE 0 Asistencia: 3.000 espectadores; Árbitro: Hugo Gronda Goles: Piendibene (2) y Gradín (2)
06/07/1916 ARGENTINA 6 - CHILE 1 Asistencia: 18.000 espectadores; Árbitro: Sidney Pullen Goles: Ohaco (2), Brown (2) y Marcoveccio (2) (A) / Baez (CH)
08/07/1916 CHILE 1 - BRASIL 1 Asistencia: 15.000 espectadores; Árbitro: León Peyrou Goles: Salazar (CH) / Demosthenes (B)
10/07/1916 ARGENTINA 1 - BRASIL 1 Asistencia: 16.000 espectadores; Árbitro: Carlos Fanta Goles Laguna (A) / Alencar (B)
12/07/1916 URUGUAY 2 - BRASIL 1 Asistencia: 15.000 espectadores; Árbitro: Carlos Fanta Goles: Gradín y Tognola (U) / Friedenreich (B)
16 y 17/07/1916 ARGENTINA 0 - URUGUAY 0 Asistencia: 17.000 espectadores; Árbitro: Carlos Fanta