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No está solo: en Río, quienes no son de Fluminense apoyan a Boca en la final

Boca Juniors jugará la final de la CONMEBOL Libertadores en el Maracaná de Río de Janeiro ante Fluminense. Sin embargo, el Xeneize no estará solo en esta ciudad: los cariocas que no son hinchas del tricolor van a apoyarlo y no lo esconden.

Para empezar a entender este respaldo, conviene contar cómo se reparten las preferencias del hincha brasileño, y particularmente, las de Río. En Brasil hay 12 equipos grandes: sí, 12, a diferencia de otros países futboleros donde los que se llevan el apoyo mayoritario se cuentan, como mucho, con los dedos de una mano.

De los 12, hay cuatro en San Pablo (Sao Paulo, Corinthians, Palmeiras y Santos), dos en Río Grande do Sul (Gremio e Internacional de Porto Alegre), dos en Minas Gerais (Cruzeiro y Atlético Mineiro) y otros cuatro en Río (Flamengo, Vasco da Gama, Botafogo y Fluminense).

Diez de ellos han levantado la Copa Libertadores al menos una vez. Curiosamente, los dos que faltan son cariocas: Botafogo y Fluminense.

“Queremos ver a Boca festejar en el Maracaná. Fluminense no tiene Copas ni las tendrá porque es un club sin alma”, dice un hincha con un gorro de Flamengo, el equipo más popular de la ciudad que no quiere que su “archienemigo” sume a su vitrina la primera Libertadores de su historia.

Lo sucedido en la semana tampoco ayudó a que el Flu reciba apoyo entre otras parcialidades. El martes hubo incidentes aislados, pero el jueves la cosa pasó a mayores.

En las primeras horas de la tarde, Copacabana era una fiesta popular en la que circulaban en armonía hinchas de ambos clubes. Pero pasadas las 17 horas comenzaron los conflictos, emboscadas y corridas contra la parcialidad argentina, que además sufrió la violencia policial.

Esta situación aumentó la empatía de los ciudadanos “neutrales”. “Estamos con Boca, no solo porque no queremos a Fluminense, sino porque no nos gusta la violencia que sufrieron aquí”, explica un fan en repudio a las “cacerías”.

A los argentinos que se agrupan sobre la arena, esporádicamente se acercan jóvenes con casacas de Flamengo, Vasco da Gama y Botafogo.

“Te dan la mano, te piden que salgamos campeones, se quieren sacar fotos con nuestros ‘trapos’ y nuestra ropa”, relata un boquense de Olavarría, provincia de Buenos Aires. “Nos dicen que nos van a cuidar, eso sabemos que no necesariamente va a ser así, pero nos gusta escucharlo”, relata con simpatía otro bostero desde la concentración del Puesto 4 (principal foco de reunión).

La sede del Maracaná fue elegida previamente a saber quiénes serían los finalistas del certamen y el desenlace dejó al Xeneize como “la visita” en el mítico estadio de la Ciudad Maravillosa, donde Fluminense juega todos los fines de semana. Pero a medida que se acerca el partido definitivo, las calles siguen aumentando sin cesar el caudal de fanáticos y Boca cada vez marca más presencia. A pesar de los peligros, los hinchas circulan sin reparos con sus camisetas, sus banderas y demás “merchandising” azul y oro.