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¿Por qué Argentina no volvió a ganar la CONMEBOL Libertadores tras el título de River ante Boca en 2018?

Los equipos argentinos han sufrido ante los brasileños en el último lustro ESPN.com

Hace cinco años se llegó, quizás, a la cúspide del fútbol argentino en la historia de la CONMEBOL Libertadores. El 9 de diciembre de 2018, el país con más títulos en el máximo certamen sudamericano tuvo su fiesta ante los ojos del mundo. Argentina, la nación más ganadora del planeta, ofreció a sus mejores exponentes en una definición histórica en el Santiago Bernabéu. Una cumbre muy alta. Quizás por eso hoy se ve tan lejana.

Un lustro atrás, River Plate y Boca Juniors definieron la Libertadores 2018 en Madrid. El equipo de Marcelo Gallardo ganó 3-1 un partidazo que le hizo justicia a la expectativa. El continente se paralizó para vivir un evento que, se supo en el momento y cada vez se ve más claro, será difícil de repetir.

Aquel título en el campo de juego de Real Madrid no solo fue el más celebrado de todos los tiempos y el primero que se consiguió después de ganar un clásico nacional. Sino también fue el último del fútbol argentino en la Libertadores. Cinco ediciones de la Copa pasaron y cinco festejos brasileños. Parece demasiada resaca después de la jauja.

¿Por qué Argentina no volvió a ganar la CONMEBOL Libertadores?

La pregunta tiene múltiples respuestas, que van desde lo futbolístico a lo organizativo y lo económico. También, desde luego, pasan cuestiones relacionadas al azar y al destino, siempre implicadas en este juego.

La hegemonía brasileña no tiene precedentes. Y mucho tiene que ver en esto la poca competitividad que han demostrado sus rivales argentinos en este tiempo. La superioridad económica de Brasil es indisimulable y se ha trasladado a las canchas de forma rotunda. Sus equipos son los más poderosos de la región en el aspecto financiero y eso tarde o temprano se ve en los partidos. De los ocho planteles más valiosos que jugaron la Copa 2023, siete fueron del Brasileirao... no hay mucho que agregar.

Por eso, no solo ganaron las últimas cinco ediciones, sino que las tres finales anteriores a la última fueron entre rivales del mismo país. Flamengo se coronó campeón en 2019 (tras vencer a River) y en 2022 (ante Athletico Paranaense), mientras que Palmeiras lo hizo en 2020 (Santos fue subcampeón) y en 2021 (contra Flamengo). En 2023, Fluminense logró su primer título tras ganarle a Boca en el Maracaná.

Es cierto que Argentina ganó ocho títulos de nueve entre las décadas del sesenta y del setenta, pero el formato no permitía finales entre representantes del mismo país. Entonces, la situación actual es inédita. El dominio se ha visto también en las semis. En 2021, 2022 y 2023 hubo tres brasileños. Barcelona de Ecuador y Vélez Sarsfield no llegaron a la final, algo que al menos Boca sí hizo.

Los equipos argentinos, además de contar con menor presupuesto que los brasileños, también compiten en una liga menos organizada que impide el crecimiento. Más allá del aspecto económico, el Brasileirao es uno de los torneos más competitivos y atractivos del mundo también por su formato. La gran cantidad de equipos en la primera división argentina ha bajado el nivel del torneo y la preparación para la Copa es menos exigente.

Varios de los mejores futbolistas de Argentina deciden ir a jugar a Brasil, en una especie de derrota doble del país campeón del mundo contra su principal adversario. El dinero es el motivo más evidente, pero las condiciones de los campeonatos y la organización influyen en este éxodo.

El Brasileirao se ha convertido en uno de los campeonatos más atractivos del mundo. La gran cantidad de equipos que dan pelea, el buen nivel de juego y el marco elevaron un certamen que durante décadas vivió a la sombra de los estaduales. Hoy, es el mejor de Sudamérica sin discusión y crece año tras año.

Lo contrario sucede con la Liga Argentina. Formatos difíciles de seguir para los ajenos, equipos de bajo nivel en primera división, cada vez mayor diferencia entre los grandes y el resto y mediocre nivel de juego atentan contra el desarrollo de los equipos y sus posibilidades en el ámbito internacional.

En 2018 parece haber terminado una época en el fútbol sudamericano y el comienzo todavía no se logra distinguir. Argentina aún es el país con más títulos de América y el presente de su Selección nacional invitan a creer en el resurgimiento. Sin embargo, hay mucho para trabajar si el objetivo es competir contra los poderosos brasileños.