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Los aciertos de Aguirre: el DT de Peñarol se jugó por "desconocidos" y se mueve entre las balas

Hoy que en Peñarol son todos rubios y de ojos celestes, solía decir el Contador José Pedro Damiani para graficar cuando las cosas rodaban bien. Peñarol está a un paso de clasificar a las semifinales de la CONMEBOL Libertadores y nadie se detiene a mirar atrás y mucho menos en analizar cómo se llegó a esta instancia.

Esta historia, que aún se está escribiendo, tiene un gran artífice: Diego Vicente Aguirre. El técnico de Peñarol fue fiel a sus convicciones y se jugó por sus ideas.

Hoy nadie se acuerda de las críticas del período de pases, de las miradas de reojo por la contratación de jugadores “desconocidos” para el ambiente Peñarol, que generaban dudas porque nunca habían jugado en un equipo grande y no iban a poder tolerar la presión.

Tampoco se recuerdan las peleas mediáticas entre los propios dirigentes que llevaron al entrenador a organizar un asado para bajar la pelota. Y mucho menos que el club decidió no jugar la Copa AUF Uruguay contra la opinión del técnico que consideraba que tenían que jugarla.

Estos son algunos de los aciertos de Diego Aguirre que llevaron a Peñarol a ganar el Torneo Apertura, estar peleando el Clausura, ser líder de la Tabla Anual y estar a un paso de las semifinales de la CONMEBOL Libertadores.

La guerra directriz

No había comenzado la temporada cuando, semana a semana, volaban las bombas que se lanzaban los dirigentes a través de los medios de comunicación. El clima interno no era el adecuado. Ante esto, a pocos días del inicio del Apertura, el técnico Diego Aguirre organizó un asado en su casa. El DT invitó a dirigentes actuales y expresidentes del club. ¿Qué pidió Diego mientras picaba los chorizos y reponía el hielo para el whisky? “Les pedí a los dirigentes lo mismo que me piden a mí: que jueguen en equipo”, expresó el entrenador.

Antes de viajar a Rio de Janeiro, para enfrentar a Flamengo por los cuartos de final de la CONMEBOL Libertadores, se generó otro cruce por la decisión del presidente Ignacio Ruglio de no jugar la Copa AUF Uruguay.

La medida iba en contra de los intereses deportivos, como lo expresó el propio Diego Aguirre: “La competencia nos venía bien porque tenemos un plantel numeroso, y servía para utilizar a todos los jugadores. Pero en las decisiones políticas yo no tengo nada que ver”.

Peñarol no se presentó y esto llevó a un nuevo cruce entre dirigentes. Y otra vez el equipo de Aguirre puso calma desde el campo de juego hacia afuera, ya que el triunfo ante Flamengo los volvió a encontrar a todos unidos.

Las dudas con el golero

A principio de temporada la custodia del arco de Peñarol generaba dudas. Los dirigentes salieron al mercado en procura de contratar un golero, incluso preguntaron por el actual dueño del arco de Nacional, Luis Mejía. Pero finalmente, el técnico aurinegro terminó confirmando a Washington Aguerre, que fue figura fundamental en el triunfo ante Flamengo en Maracaná.

Javier Méndez de zaguero

Cuando el club anunció la llegada de Javier Méndez, muchos hinchas miraron de reojo. Es que el referido jugador venía de un año donde había jugado unos pocos partidos en América Mineiro de Brasil. A juzgar por su pasado en Uruguay, donde defendió a Racing y Danubio, Méndez era un volante batallador. Pero Aguirre tenía otros planes y le pidió al presidente Ruglio que lo incorporara porque le podía dar una mano tanto de volante como de zaguero. La quinta fecha del Apertura marcó un punto de quiebre en Peñarol: el DT colocó a Javier Méndez de zaguero. Desde ese momento, Peñarol ganó solvencia defensiva.

La recuperación de Lucas Hernández

La continuidad de Lucas Hernández en Peñarol se llegó a poner en duda al finalizar la temporada 2023. El jugador fue centro de algunas críticas por su condición física. Pero el técnico lo transformó en uno de los referentes de su plantel. El tiempo confirmó su acierto. Aguirre recuperó a Hernández al grado de transformarlo en un jugador importante que destrabó varios partidos ingresando en el segundo tiempo.

Maxi Silvera y el Cangrejo

Entre los delanteros que trajo Peñarol a inicio de año figuraban dos nombres que no estaban en el radar de la gente como Maximiliano Silvera y Javier Cabrera. El primero se había dado a conocer en Cerrito y el segundo en Wanderers para luego jugar varios años en Argentinos Juniors. Silvera se ganó el corazón de la gente a pura entrega. Jamás una mala cara, nunca una protesta a un compañero, siempre positivo y aportando para el equipo desde donde le toque. Pero al margen de ello, tiene una gran lectura de juego y se transformó en pieza clave.

Jaime Báez y la permanencia

Cuando se abrió el período de pases de mitad de temporada, Aguirre transmitió a la dirigencia dos aspectos que consideraba fundamentales: la permanencia de los jugadores que habían ganado el Apertura y la contratación de Jaime Báez.

La directiva cumplió con el primer punto lo que llevó a Aguirre a expresar que esa era la mejor incorporación. Al tiempo que Báez llegó con el recuerdo de aquel centrodelantero que había emigrado a Italia, sin embargo, Aguirre tenía claro que en Europa se había transformado en un extremo y allí lo ubicó.

Planificación

En el plano deportivo los resultados son elocuentes. Aguirre encontró una forma de plantar a su equipo en cancha con un diseño de cuatro defensas, dos volantes centrales, tres por delante y un delantero como referencia ofensiva. El juego de Peñarol se basa en la utilización de las bandas con extremos veloces. Otro aspecto a destacar es el referido a la rotación del plantel. Aguirre no apeló a demasiadas modificaciones, sino que mantuvo una base de equipo.