Meta cumplida. En La Bombonera, Boca Juniors le ganó 1-0 a Independiente del Valle en la vuelta del repechaje de los 16avos. de final y así sacó boleto a los octavos de final de la CONMEBOL Sudamericana, ya que había igualado sin goles en la ida en Quito. Su próximo rival será Cruzeiro.
Este era el partido crucial para ambos. En este duelo se decidió quién sigue en la Sudamericana y quién debe quedarse sin competencia internacional este año. Con el apoyo constante y ruidoso de sus hinchas, incluidos Leandro Paredes y Juan Martín del Potro, Boca hizo valer su condición de local y usó a su favor la mística de La Bombonera para conseguir el objetivo. Fue superior y mereció avanzar en el torneo, aún cuando se quedó con 10 hombres a falta de media hora para el final del partido.
Dolido por haber quedado afuera de la Libertadores, el equipo que ahora comanda Diego Martínez tampoco pudo avanzar a paso firme en la fase de grupos y, por algunas desinteligencias, terminó condenado a jugar este repechaje. Para Boca hubiese sido un tremendo dolor de cabeza despedirse de la competencia continental, considerando que es subcampeón de la Libertadores y uno de los principales candidatos a obtener el título.
Para Independiente del Valle este partido pudo ser histórico. En la altura no sacó provecho de las condiciones que su geografía impone y fue superado en la vuelta en Buenos Aires por uno de los rivales más grandes del continente, en una de las canchas más difíciles del mundo. Así, quedó lejos de concretar la hazaña y seguir en la Copa, con un nivel más bajo que el mostrado en años previos.
El primer aviso de Boca llegó a los siete minutos, con la dupla uruguaya de Edinson Cavani y Miguel Merentiel llevando peligro para el arco del conjunto ecuatoriano. Tras una aparición de Julián Ceballos, fue Merentiel quien le pegó fuerte pero desviado, llegando a los 20 minutos. Y a los 33 Lautaro Blanco habilitó tras un rápido lateral a Ceballos, quien remató al primer palo y su tiro fue sacado por Moisés Ramírez, el arquero de los Rayados.
La alegría local llegó a los 39, cuando Jabes Saralegui habilitó a Merentiel y éste se la cedió con un leve toque a Cavani. Primera se la tapó el arquero y luego definió perfecto, pero en principio se lo anularon por offside, pero estaba bien habilitado. Hubo reclamo general de Boca y la jugada fue chequeada por el VAR, hasta que le dieron el gol a Boca, para delirio de sus simpatizantes. Los mismos hinchas que reconocieron más de una vez al peruano Luis Advíncula, de los mejores del Xeneize.
Ya a los 15 minutos del segundo tiempo el pibe Milton Delgado le hizo una plancha a Renato Ibarra en la zona media y recibió directamente la tarjeta roja. Así, Boca se quedó con 10 jugadores, faltando media hora de juego. Tomó allí más el balón la visita, pero le faltó el pase justo y el punch suficientes para desbordar al Xeneize, que supo protegerse bien y la defensa tuvo poco trabajo.
Así, Boca respiró aliviado en un presente complicado, pero que hubiese sido muy duro en caso de quedarse afuera. A algunos resultados adversos se les sumaron los dolores de cabeza por lesiones, las ausencias de tres volantes titulares que están con la Selección Argentina Sub 23 en los Juegos Olímpicos de París y otras bajas, entre ellas las de los refuerzos debido a errores burocráticos que dejaron a piezas valiosas afuera de esta llave de la Sudamericana.
El miércoles anterior quedaron a mano en la altura de Quito y esta vez la diferencia la marcó Boca en casa. El Xeneize no se lució demasiado, pero contó con las chances más claras para llevarse el encuentro y conseguir el soñado pasaje a octavos de final. Pese a las numerosas ausencias, se hizo fuerte en La Bombonera y aprovechó el gran nivel de Merentiel y de Cavani para liquidar una serie difícil.
Boca, que debió armar un equipo con varios juveniles, fue más que los Rayados en la eliminatoria, y se medirá con Cruzeiro en octavos de final. Será otro compromiso de riesgo, aunque ya Martínez contará con todos sus futbolistas, sobre todo con sus volantes titulares a los que extrañó. Así, la ilusión copera sigue en pie y en tres semanas comenzará el duelo mano a mano contra el conjunto brasileño.