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El día que Jonathan Moya quiso dejar el fútbol por una depresión profunda

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¡Al borde de la depresión! Jonathan Moya recuerda el momento más difícil de su carrera (6:06)

El futbolista tico está viviendo uno de sus mejores momentos, pero aún tiene presente cuando las cosas no pintaban tan bien. (6:06)

El delantero costarricense de 29 años revivió en ESPN el que considera el momento más difícil de su vida tras un mal asesoramiento del que era su Agente

Jonathan Moya, legionario costarricense quien milita en el Angyang de Corea del Sur, vive uno de sus mejores momentos futbolísticos a lo largo de su carrera, sin embargo, en el camino no todo fue color de rosas para el nacido en Monteverde, Costa Rica.

El tico sobrellavaba su primera aventura como legionario en Europa durante la temporada 2015 – 2016, jugaba con el Zirka de Ucrania tras haber salido del Huesca de la segunda división de España.

Mas, una oferta del balompié de Israel lo hizo pensar mucho por el momento que vivía personalmente, pues su hijo Julián, recién acababa de nacer y quería un mejor futuro para él; económicamente era muy atractiva.

“Estoy feliz de todas las cosas buenas y malas que me han pasado, el fútbol me ha dado grandes satisfacciones, también me ha dado momentos no tan gratos, pero ya uno entiende que así es esta profesión, en España estuve un año a un nivel muy alto”, mencionó Jonathan Moya en entrevista con ESPN.

“Después de eso me sale la de Ucrania, fue un momento carrera de mi vida muy bonito, era Europa y relativamente me estaba yendo bastante bien, pero un mal asesoramiento hizo que las cosas se salieran de control, de pasar seis meses de cobrar, a no jugar, y estaba el nacimiento de mi hijo, para mi fue un momento muy difícil”, añadió el costarricense de 29 años quien en aquel momento había dejado el Deportivo Saprissa.

Por norma de FIFA, un futbolista no puede jugar en más tres clubes distintos durante una misma temporada, y Jonathan Moya durante ese año había jugado con el Zirka de Ucrania, Huesca de España, y en suelo tico tuvo un gran paso por la Universidad de Costa Rica siendo ficha del Saprissa, la opción de firmar en otro club no era viable, mas, según dice él, su Agente no le comentó nada sobre ese tema.

Jonathan Moya ahondó en detalles sobre ese momento, y recuerda con emotividad cómo estando en Jerusalén, Israel tuvo que regresar a Costa Rica con los sueños en maletas y agotado mentalmente, con la incertidumbre de lo que iba a pasar en el futuro inmediato.

Toda la situación lo llevó a meditar dejar el fútbol, pues entró en un estado anímico crítico, al punto de caer en una depresión.

“Tuve una depresión bastante fuerte, no poder llevar el salario mes a mes a mi casa, no estaba jugando, no sabía si podía volver a jugar, porque la FIFA estaba analizando el caso, no me dejaban jugar en ninguna liga, ni en Costa Rica, pasé seis meses sin jugar, mi hijo recién nacido, y yo sin poder trabajar, sinceramente te digo, en ese momento pasó por mi mente dejar el fútbol, trabajé con mi papa en construcción, apareció don Carlos Watson y me ofreció regresar a Saprissa y siento que desde ahí fue en alzada mi carrera, todo eso me sirvió mucho”, aseveró.

“Un mal asesoramiento me hizo salir de Ucrania, estaba siendo un buen campeonato, me llegó una oferta mejor de Israel, un equipo grande, entonces le dije en ese momento a mi Agente que viera la opción, era mucho mejor económicamente, en ese momento estaba mi hijo, el equipo estaba en pretemporada, yo llegué al hotel, estaba la prensa y todo, exámenes médicos con el equipo hice y todo”, mencionó Jonathan Moya a ESPN.

“Sin embargo, el otro día me dijeron que no podía quedarme con ellos porque había jugado con tres equipos distintos en todo el año, y que eso no estaba permitido por FIFA, y eso mi Agente no me lo dijo, entonces se me cayó todo y me devolvieron al equipo en pretemporada en Ucrania”, citó.

“Me tuve que devolver a Costa Rica a buscar un equipo que me contratara, que me abriera las puertas y no se podía, solamente en la segunda división de Estados Unidos y la oferta no era atractiva entonces no se dio”, esgrimió.

Por ello, Jonathan Moya aún así, quiso honrar el valor del trabajo que su padre siempre le inculcó desde su infancia, a pesar de cualquier circunstancia mostrar una buena cara ante la adversidad y por ello empezó a salir de la depresión trabajando como peón de construcción, en las diferentes obras que realizaba su progenitor, quien dirigía la puesta en punto de las edificaciones.

“Bueno, mi papá es maestro de obras en Monteverde, mi papá me enseñó el valor del trabajo de ganare las cosas, no somos una familia que podíamos darnos nuestros gustos, era muy difícil, mi papá era el que mantenía toda mi familia, mi papá siempre me decía que para ganarme mis cosas lo acompañara a trabajar con él, quizá el quería que yo aprendiera el valor del trabajo y no es que podía comprarlo”, dijo.

“Ese ha sido el momento más difícil de mi vida, Julián tenía tres meses, mi hijo, los que son papás saben lo difícil que son eso, sin embargo, eso me ha ayudado mucho, me hizo crecer como persona, después regresé a Saprissa y se dieron las cosas tan bien que pude irme a la Liga”, puntualizó.

“En ese momento no tenía un salario fijo, mi papá no me quería ver en la casa, yo estaba en una depresión y a mi no me daban ganas de ir a correr, me preguntaba que para qué iba a correr si el otro mes no tenía equipo y no me motivaba nada, yo vivía de los ahorros me daba para pagar bien, sabiendo que no tenía ingresos, gastaba más bien porque eran los ahorros”, citó Jonathan Moya quien actualmente con el Angyang de Corea del Sur suma once goles en su primera temporada como jugador legionario en el país asiático.

Jonathan Moya dijo que no estaba trabajando por el dinero, sino por ayudarle a su padre, quien siempre le trató de pagar por ayudarle semanalmente en las construcciones, sin embargo, él no aceptaba el pago.

Durante ese capítulo, antes de regresar al Deportivo Saprissa por cuarta ocasión, también estuvo de cerca ayudando en una panadería de su cuñado, quien le tendió la mano para que pudiera solventar la difícil situación económica.

“A veces me daba ₡100.000 mi papá por semana, yo le decía a él que no me diera nada, porque le estaba ayudando, me recuerdo de los primeros días, siempre tuve el apoyo de uno de mi cuñado que era panadero, me decía que le ayudara en el negocio”, dijo.

“Había que estar a las 4:30am cuidando el pan, yo necesito que cuide el pan me decía, a las 5:00am me tocaba repartir el pan, me ayudó bastante a forjar mi carácter, la verdad eso es alguien que no le deseo a nadie, es una experiencia muy difícil tener todo y de un momento a otro no tener nada, no recibir salario y no tener equipo”, finalizó Jonathan Moya a ESPN.

El costarricense dijo que esa etapa fue muy importante para edificar su carácter, y así enrumbarse hacia el éxito con el Deportivo Saprissa para alcanzar el título 34 y por ende llegar a Alajuelense y construir junto al equipo la consecución de la 30 en la cual fue amplio participe.