Gavi es una de las mejores noticias —tal vez la mejor— para el FC Barcelona en una temporada en la que el club terminó con las manos vacías y sin encontrar la salida a una crisis añeja en todos los aspectos: deportivo, económico y de identidad.
En algunos años cuando se recuerde el surgimiento de este chico se evocará a aquellos años oscuros en los que Josep María Bartomeu, Ronald Koeman y compañía habían dejado en la ruina al equipo, y lo más que se pudo celebrar fue la aparición de una ‘joya’ desde la cantera.
Hace todo a máxima velocidad. Es un adolescente que no conoce los límites y cada que sale al campo de juego está dispuesto a dejar el alma si es necesario.
Debutó en el Barça y en la selección española con apenas 17 años cumplidos, pero no solo se presentó para engrosar las estadísticas de los más jóvenes en la historia que aparecen en las grandes ligas… Lo hizo y ahora nadie lo mueve.
Dentro de los escasos méritos de Koeman durante su gestión como entrenador del Barça hay que reconocerle la apuesta por esta joya que, hasta hace unos meses no figuraba ni por error como para catapultarse a los escenarios estelares.
Y luego fue Luis Enrique quien lo aventó al ruedo como titular de España, nada menos que en la Semifinal de la Liga de Naciones ante la Italia campeona de Europa. Y el ‘niño’ se comportó como un adulto.
Ese es uno de los mayores méritos de Pablo Martín Páez Gavira, mejor conocido como Gavi, que nada ni nadie lo asusta. Juega al futbol como si tuviera 500 partidos de Primera División en la espalda, con un desparpajo asombroso con todo y que se trata de un novato.
En medio de la crisis y urgencia azulgrana este chico apareció como un bálsamo, al grado de que Xavi ha sugerido realizar una colecta y ser él el primero en poner dinero de su bolsa para renovarle el contrato y ‘amarrarlo’ prácticamente de por vida.
Otro de los grandes aciertos de Gavi es que no pretende ser el ‘nuevo Iniesta’ o el ‘nuevo Xavi’, porque ni siquiera se parece a ninguna de estas leyendas. En el físico, sí, también es muy menudito, pero en condiciones futbolísticas, en lo absoluto.
Es rapidísimo, gana duelos en el mano a mano, roba balones, compite a una intensidad altísima, presiona, va, viene y no para… Todo esto aunado a un talento que se le desborda.
Desde luego, con 17 años y pese a que ya marca diferencias, tiene mucho por aprender: que no siempre se juega a máxima velocidad, cuándo debe moverse al espacio o salir a recibir un balón, y detalles mínimos por el estilo que irá puliendo con el paso de los partidos, no hay mayor secreto.
Este chico no es solo el futuro del Barcelona, es ya su presente y también del futbol español. Va a ir a la Copa del Mundo y como titular, que nadie tenga dudas al respecto.
Con 17 años y ese arrojo tiene al mundo en sus pies.