El argentino Nehuén Pérez, presente en la primera sesión del día, por la mañana, en Los Ángeles de San Rafael, ya no se entrenó por la tarde en la concentración del Atlético de Madrid en la sierra segoviana, en el tramo final ya de la operación para el traspaso del lateral derecho Nahuel Molina al conjunto rojiblanco que incluye la transferencia del central al Udinese.
La negociación entre Nehuén y el Udinese, en el que ya jugó cedido la pasada temporada, suponía el último requisito del acuerdo para la llegada de Nahuel Molina, de 24 años, al Atlético de Madrid, pendiente todavía de formalizarse con el reconocimiento médico de cada uno de ellos, la firma de los respectivos contratos y los anuncios oficiales, tanto del lateral con el equipo rojiblanco como del central con el club italiano.
Previsiblemente, todo eso ocurrirá este sábado para darle a Diego Simeone el jugador que había elegido para el lateral derecho, donde Daniel Wass (fichado en el último mercado de invierno) no le convence, donde salió este verano Sime Vrsaljko, por el fin de su contrato, y donde el pasado enero sufrió la baja de Kieran Trippier, el dueño de ese carril desde el verano de 2019 y traspasado al Newcastle mediada la temporada pasada.
A la llegada de Nahuel Molina, por el que el Atlético también desembolsará unos 20 millones de euros, se contrapone la salida de Nehuén Pérez, aunque el central argentino no ha entrado en ninguna de las campañas precedentes ni en ésta en los planes de Simeone.
De hecho, Nehuén, de 22 años, se irá del conjunto rojiblanco sin haber disputado ningún partido oficial con él, una vez que fue cedido durante tres años seguidos, primero al Famaliçao, después al Granada y finalmente al Udinese, al que retornará ahora ya como traspasado, tras participar en la pretemporada del Atlético.