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España vs. la RFEF: Demandas de las jugadoras por mejores condiciones laborales fueron vistas como golpe de estado

La selección española femenina ha exigido mejoras en las condiciones laborales, algo que la RFEF ha visto como un intento de golpe de estado. Stephanie Meek - CameraSport via Getty Images

La selección española femenina está en crisis después de que 15 jugadoras comunicaran esta semana a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que no desean ser convocadas hasta que se realicen cambios serios en la configuración actual.

Las jugadoras no nombraron al técnico, Jorge Vilda, y siguen negando que hayan pedido explícitamente su destitución, pero la RFEF consideró la acción de las jugadoras como un intento de golpe de estado. Posteriormente, Vilda ha sido respaldado enfáticamente por la Federación. La Federación dijo que no será chantajeada y amenazó a las jugadoras rebeldes con prohibiciones de la selección nacional por hasta cinco años.

La situación se agrió el jueves cuando 15 jugadoras -- incluidas seis del Barcelona, pero no la ganadora del Balón de Oro Alexia Putellas -- enviaron un correo electrónico idéntico a la RFEF explicando por qué no se sentían en condiciones de representar a su país. Dijeron que jugar con España en el entorno actual estaba afectando tanto a su salud como a su estado anímico y que no pensaban volver hasta que se encontrara una solución.

"La RFEF no va a permitir que las jugadoras cuestionen la continuidad del seleccionador nacional y de su cuerpo técnico, pues tomar esas decisiones no entra dentro de sus competencias", replicó la RFEF, antes de pedir a las jugadoras que se disculpen por su actuación si quieren jugar por España de nuevo.

Fuentes le han explicado a ESPN que las jugadoras de España estaban molestas porque la RFEF había hecho público un problema -- que pensaban que se estaba tratando en privado -- al publicar esa declaración el jueves por la noche. El viernes, las jugadoras emitieron una declaración propia, que Putellas publicó en sus canales de redes sociales esta vez, pero solo sirvió para revelar aún más la brecha entre la generación de jugadoras más talentosa que jamás ha tenido el país y la Federación.

Con menos de un año para la Copa del Mundo en Australia, donde España debería ser considerada una de las favoritas para el torneo, ahora es difícil ver una resolución rápida ya que ambas partes se mantienen firmes.

¿Quién es Vilda?

Vilda, de 41 años, ha sido el entrenador de la selección femenina de España desde 2015. Reemplazó a Ignacio Quereda, quien estuvo al mando desde 1988. Quereda fue despedido luego de que las jugadoras se volvieran contra él después de la Copa del Mundo de 2015, cuando España terminó último de su grupo. Más tarde fue acusado de abuso verbal por parte de varias jugadoras.

El padre de Vilda, Ángel, trabajó como preparador físico para Johan Cruyff en el Barcelona y más tarde consiguió un trabajo en la RFEF entrenando a los equipos juveniles femeninos. Vilda, que había jugado en las canteras de Barcelona, Rayo Vallecano y Real Madrid pero nunca llegó a ser jugador, finalmente se unió a su padre como asistente en 2009.

Más tarde pasó a entrenar a las niñas Sub-17 y Sub-19 por su cuenta antes de conseguir el puesto más alto en 2015. Bajo Vilda, España alcanzó los octavos de final de la Copa del Mundo en 2019, donde perdió ante Estados Unidos, y alcanzó los cuartos de final de la Eurocopa tanto en 2017 como en 2022, perdiendo ante los eventuales ganadores Inglaterra en la edición más reciente de la competencia el verano pasado.

¿Cuáles son sus problemas con Vilda?

Las jugadoras españolas no han entrado en muchos detalles en sus comentarios públicos sobre qué cambios quieren, pero el ambiente negativo en el campamento se ha estado gestando durante meses y amenazó con llegar a un punto crítico en agosto en la primera reunión después de la Euro 2022. Las capitanas Irene Paredes, Jenni Hermoso y Patri Guijarro buscaron dialogar primero con el presidente de la RFEF Luis Rubiales y luego con Vilda para trasmitirle sus preocupaciones sobre las condiciones que rodean a la selección. No quedaron satisfechas con la respuesta.

Sin embargo, el tema se pasó por debajo de la mesa, muy fugazmente, en una conferencia de prensa el 1ro. de septiembre. Fue allí donde Vilda habló sobre lo "profundamente dolido" que se sentía por lo que percibía como un movimiento en su contra. Agregó que no quería jugadoras que no estuvieran 100% comprometidas con la causa.

"Quisimos transmitir que somos un equipo súper ambicioso y que la gente quiere mejorar, ganar. Pensamos que algunos aspectos internos se pueden cambiar", dijo Paredes. "A veces hay que decir las cosas aunque no sean agradables para que cambien".

Cualquier esperanza de salir adelante tranquilamente de esa revuelta desapareció el jueves. Las 15 jugadoras que enviaron correos electrónicos idénticos a la RFEF no sabían que la Federación lo haría público posteriormente, y el viernes las mujeres emitieron una declaración pública propia, explicando que su correo electrónico original había sido en respuesta a una solicitud de la RFEF para hacer clara su posición sobre la selección.

Las jugadoras dicen que lamentan que la situación haya llegado "a este extremo" pero siguen negando que pidieron la destitución de Vilda. Calificaron el comunicado de la RFEF 24 horas antes de "parcial e interesado" y reiteraron su "indiscutible compromiso" con la selección española.

El punto decisivo de la cuestión es complicado y está profundamente arraigado. En un nivel básico, las fuentes explicaron a ESPN que las jugadoras sienten que la relación con Vilda se ha roto por completo. No hay acusaciones de comportamiento inapropiado, pero las fuentes dijeron que la forma en que ha manejado los problemas tanto deportivos como no deportivos ha obligado a las jugadoras a actuar, ya que ha tenido consecuencias en su "salud y estado emocional", como se hace referencia en el correo electrónico a la RFEF. También hay quejas sobre la preparación y las tácticas, especialmente en torno a los grandes partidos.

Otras fuentes dijeron que los problemas se extienden más allá de Vilda, a quien algunas jugadoras ven como no calificado para el puesto que ahora ocupa dado el progreso del fútbol femenino en los últimos siete años. Esa responsabilidad recae sobre la RFEF, que varias jugadoras sienten que no tienen los mejores intereses del juego en mente.

"¿Alguien puede pensar que, a ocho meses de un Mundial, un grupo de jugadoras de máximo nivel, que es lo que nos consideramos, se plantean esta decisión, como se ha dado a entender públicamente, como un capricho o un chantaje [a la RFEF]?" leía el comunicado de las jugadoras emitido el viernes.

Desde la época de Quereda, hay una historia de desconfianza entre las jugadoras y la RFEF. Las jugadoras dijeron que sienten que su ambición se está frenando como resultado.

¿Quién se niega a jugar y por qué algunas todavía aceptan la convocatoria?

Más de 20 jugadoras están convocadas para cada concentración de España pero solo 15 enviaron el correo el jueves: seis del Barcelona (Guijarro, Mapi León, Aitana Bonmatí, Mariona Caldentey, Sandra Paños y Claudia Pina), dos del Atlético de Madrid (Ainhoa Vicente y Lola Gallardo), dos del Manchester City (Leila Ouahabi y Laia Aleixandri), dos del Manchester United (Lucía García y Ona Batlle), dos de la Real Sociedad (Amaiur Sarriegi y Nerea Eizagirre) y una del Club América (Andrea Pereira). Putellas fue la ausencia más notable, pero las fuentes le dijeron a ESPN que no envió el correo electrónico porque actualmente está fuera de juego por una lesión que la mantendrá fuera otros ocho a 10 meses y no es seleccionable. La capitana Paredes, agregaron las fuentes, está "agotada" de ser vista como la líder del supuesto movimiento para derrocar a Vilda y prefirió pasar a un segundo plano.

También fue destacable la falta de jugadoras del Real Madrid. Ocho estuvieron en el equipo más reciente para las victorias sobre Ucrania y Hungría a principios de este mes. Ninguna envió un correo electrónico el jueves. Una fuente le dijo a ESPN que sospechaban que eso se debía a la presión de su club para que no lo hicieran, creando un dilema adicional para las jugadoras implicadas y revelando otra capa en la saga.

La respuesta de la RFEF

La RFEF ha sido constante en su respuesta a las preocupaciones de las jugadoras. La RFEF no les escuchó en agosto y no escuchó el correo del jueves.

La RFEF calificó la situación de "sin precedentes en la historia del fútbol, tanto masculino como femenino, en el ámbito español y mundial" y pidió a las jugadoras que "asuman su error y pidan perdón" antes de afirmar que elegirán canteranas si es necesario.

"No acudir a una llamada de la selección es calificado como una infracción muy grave y puede acarrear sanciones de entre dos y cinco años de inhabilitación", lee el comunicado de la RFEF. "La RFEF, al contrario de la forma de actuar de estas jugadoras, quiere dejar claro que no las llevará a este extremo ni las presionará. Directamente, no convocará a las futbolistas que no desean vestir la camiseta de España.

“La Federación contará únicamente con futbolistas comprometidas aunque tenga que jugar con juveniles. … La selección necesita jugadoras comprometidas con el proyecto, con la defensa de nuestros colores y orgullosas de vestir la camiseta de España. Las futbolistas que han presentado su renuncia únicamente regresarán en un futuro a la disciplina de la selección si asumen su error y piden perdón”.

¿Qué sigue para el equipo?

El próximo parón internacional será dentro de apenas dos semanas. España juega contra Suecia en Córdoba el 7 de octubre y luego recibirá a Estados Unidos en Pamplona el 11 de octubre.

Parece impensable que las 15 jugadoras, además de Paredes y potencialmente otras, estén disponibles a menos que la RFEF dé marcha atrás. También parece cada vez más improbable que Vilda las convoque ahora.

Más allá de eso, pone a las otras jugadoras de España -- y potencialmente a las jugadoras del equipo juvenil -- en una posición difícil si son convocadas para representar a su país. Tienen un deber con sus compañeras de equipo, pero también hay otros elementos en juego que ellas pueden temer que podrían tener repercusiones en su carrera a nivel de club.

Y todo ello en una temporada mundialista. Con el núcleo de un Barça que, junto al Lyon, ha dominado el fútbol europeo durante los últimos tres años, España debería estarse encaminando a Australia el próximo verano como uno de los favoritos. Por el momento, es difícil ver cómo siquiera llegan allí.