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Raphinha crece a paso lento en el Barcelona, pero consigue cada vez más protagonismo

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Barcelona pierde a Pedri, y sus goles, por una lesión el recto anterior del muslo derecho (1:01)

El canario, que suma 21 juegos y seis goles en LaLiga, sufrió la lesión en el juego del jueves ante Manchester United por la Europa League. Se estima que el jugador esté un mes de baja. (1:01)

BARCELONA -- Raphinha abandonó furioso el partido entre el Barcelona y el Manchester United, sustituido por Ferran Torres en los últimos minutos. Aceptó de mala gana el cariño de Xavi al pasar por su lado, golpeó con rabia el asiento del banquillo y solo el consuelo de Jordi Alba lo calmó.

Al acabar el choque, lo reveló el entrenador en la sala de prensa, el brasileño se disculpó, pero la rabia no se la quitó nadie.

"Raphinha quiere jugar, participar y ayudar. Yo, que he estado ahí, lo entiendo porque también me enfadaba cuando era sustituido. Siempre les digo que se tienen que enfadar. Y hasta me pueden insultar si quieren... De verdad, esto lo aprendí de muchos entrenadores”, explicó el entrenador azulgrana, para quien el asunto "no tiene más importancia. Ustedes (los periodistas) lo ven como un problema, yo lo veo al revés".

Pero lo cierto es que el cartelón con el número 22 se ha convertido en una costumbre cuando el Barcelona debe hacer un cambio. Presente en 31 de los 33 partidos oficiales disputados por el equipo azulgrana (solo permaneció en el banquillo frente a Viktoria Plzen y Athletic de Bilbao, Raphinha ha sido titular en 19 partidos, y de ellos solamente completó uno, contra el Sevilla FC en el Sánchez Pizjuán allá por el mes de septiembre.

En los otros 18 encuentros que comenzó el partido acabó por ser sustituido antes de acabar, una circunstancia que choca de frente con el protagonismo que tuvo en el Leeds United, donde en dos temporadas jugando la Premier fue sustituido solamente en 15 de los 60 partidos en que fue titular...

Asistente en el 1-0 que anotó Marcos Alonso y autor del 2-2 que evitó la derrota frente a los Diablos Rojos, el enfado de Raphinha encontró la comprensión entre la hinchada azulgrana, coincidente en que el brasileño había realizado uno de sus mejores partidos desde que llegó en verano y se había convertido en futbolista clave del partido, llegando incluso a rozar el 3-2 con un cabezazo que salvó David de Gea instantes antes de que Xavi decidiera su cambio.

CRECIMIENTO
Secundario sin excesivo protagonismo, en ocasiones incluso insulso, durante la primera parte de la temporada el papel de Raphinha ha ido creciendo en los últimos meses y su notoriedad se catapultó tras el Mundial de Qatar, convertido en el delantero con mejores estadísticas y acabando por lograr, lo que se intuía imposible, que la ausencia por lesión de Ousmane Dembélé no sea un drama para el Barça.

Si la incertidumbre planea alrededor de Ansu Fati y la desconfianza aumenta con Ferran Torres, el internacional brasileño le va dando la vuelta a su situación. Si la adaptación de Robert Lewandowski o Jules Koundé fue inmediata y la prestancia de Andreas Christensen se contempló desde sus primeros minutos, a Raphinha le ocupa más tiempo ganarse la confianza de la hinchada.

Autor de siete 7 goles y 9 asistencias desde que comenzó el curso, 5 de esos goles los marcó tras el Mundial, con 4 asistencias. Sin disfrutar de la atención mediática de Dembélé, los números de ambos son prácticamente calcados durante la temporada puesto que el francés lleva 8 goles (uno más) y asistió en 7 (dos menos).

PRESIÓN
Cierto es que el exterior brasileño soporta una pesada carga sobre sus espaldas. O dos, para ser más exactos: el precio y su origen. Un fichaje de 55 millones de euros en tiempos de crisis, es observado con lupa, tanto más desde el graderío que desde los medios o el propio club. Y su impacto no fue, precisamente, inmediato.

Y a ello hay que sumarle su origen, que no es cualquier cosa en el Camp Nou. Por el Barça desfilaron antes que él delanteros míticos como Neymar, Ronaldinho, Rivaldo, Ronaldo o Romario, futbolistas que dejaron huella por su magia, rendimiento, trascendencia y peso en la historia del club azulgrana y a su llegada Raphinha luchaba contra ese recuerdo... O el más cercano y consumado como rotundo fracaso de Philippe Coutinho, el segundo fichaje más caro en la historia del Barcelona y uno de los negocios más desastrosos que se recuerda.

El extremo de 26 años, que tuvo que desdecirse ante Xavi de su solicitud (casi exigencia) de solo jugar por la banda derecha por entender que perdía rendimiento por el costado izquierdo, afronta la los últimos tres meses y medio de la temporada, a la espera del regreso de Dembélé, con una consideración ya mucho mejor por parte de la hinchada y la necesidad personal de confirmar que su crecimiento es un hecho.

Crecimiento en el campo y, por encima de todo, en las estadísticas. Y ahí, en los últimos tiempos, ya ha dado quñe hablar como se esperaba. Tres goles y tres asistencias en los últimos seis partidos lo demuestran. Imprescindible frente a Getafe, Real Betis y Manchester United, Raphinha ya da muestras sobradas de ese crecimiento necesario que esperaba el Barcelona.