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Bellingham le roba el Clásico al Barcelona

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Jude Bellingham se adueña del Clásico y el Madrid se lleva la victoria en Montjuic (4:24)

El Real Madrid venció 2-1 al Barcelona con doblete de Jude Bellingham y es sigue líder en LaLiga. (4:24)

Bellingham apareció, una vez más, como el salvador del Real Madrid, que ganó el Clásico al Barcelona con un doblete del inglés.


BARCELONA -- Jude Bellingham congeló Montjuïc. Cuando ya se empezaba a jugar el tiempo añadido el inglés anotó el 1-2, su doblete particular, su gol número 13 en otros tantos partidos oficiales lleva con el Real Madrid, y el líder remontó un Clásico, el primero de la historia en Montjuïc, que pudo ganar el Barcelona con más consistencia en la primera mitad y que se llevó el Madrid en una segunda más seria.

Xavi denunció/avisó tras el partido frente al Shakhtar Donetsk de la peligrosidad que le significan a su equipo las desconexiones y errores no forzados. Pudieron ya haber costado un susto contra el equipo ucraniano... Y fueron fatales contra el Madrid. Porque el Madrid... Es el Madrid.

Se quedó en siete victorias consecutivas como local en un inicio de temporada el Barça tal como le ocurriera en 1993, cuando le derrotó el Lleida, y repitió la historia el Madrid, ganando su primer Clásico de Liga jugado como visitante, tal como hiciera en 1929 en Les Corts y en 1958 en el Camp Nou.

Nadie lo habría dicho al acabar el primer tiempo... Y es que en los primeros 45 minutos el Madrid quiso pero si supo ni pudo pareciendo descabezado durante una primera mitad en la que entre Gavi y Fermín López aburrieron a Bellingham y en la que Vinícius Júnior apenas si apareció para encararse con Xavi en la banda. Más intenso y estirado, el Barça disfrutó con el balón y tuvo suerte de no sufrir cuando no lo tuvo por cuanto la faceta ofensiva merengue fue casi inexistente.

Marco muy pronto Ilkay Gündogan aprovechando un error calamitoso de Aurélien Tchouaméni al que acompañaron la pasividad de Dani Carvajal y Antonio Rüdiger, colándose entre todos, intenso e insistente, para llegar a un balón semiperdido y que acabó colocando en la red del sorprendido (y vendido) Kepa Arrizabalaga. Ni se llevaban diez minutos y el clamor, la euforia y el éxtasis, estallaron en un estadio repleto y caliente, empujando al Barça a querer más y desencajando a un Madrid tan incrédulo como adormecido.

Tuvo más el balón, aunque a veces no lo parerciera el Barça al que Xavi había dado una vuelta de tuerca, confirmando a Ronald Araújo como secante de Vinícius y convirtiendo a João Cancelo en una suerte de interior-extremo. Abajo ni un reproche para el uruguayo, arriba una de cal y otra de arena del portugués, en no pocas ocasiones brillante y en algunas otras desconectado de todo, anárquico y erróneo.

Con su dominio, sus remates, el poste habitual de Fermín entre ellos, y un posible penalti de Eduardo Camavinga a Araújo en tiempo añadido se fue el Clásico al descanso, sospechando, claro, la necesaria reacción de un Madrid que apenas si había hecho acto de presencia en el campo, que no en el fútbol.

CAMBIO
Pudo de entrada en la segunda mitad dejar el partido (casi) sentenciado el campeón con otro remate al palo, esta vez de Iñigo Martínez, pero poco a poco, sin brillantez pero con premura, le fue tomando el pulso al duelo el Madrid. Bellingham ya no era un juguete a manos de Gavi y Fermín, Tchouaméni, ayudado por Federico Valverde, ya ataba mejor a Gundogan y solo la 'ausencia' de Rodrygo y Vinicius penalizaban a su equipo, que iba arrastrando al Barça hacia atrás.

Y llegó el gol, golazo, del inglés que ha comenzado la temporada a lo bestia. Doce goles en trece partidos, siendo el del Clásico una maravilla, un disparo lejano, durísimo y ajustado al que no pudo responder Ter Stegen y que enfrió como no esperaba el ánimo de un Barça al que le costó, y no poco, reaccionar.

Ni la entrada, reaparición, de Robert Lewandowski ni la frescura de Lamine Yamal ni el ingreso de Raphinha o Oriol Romeu le dieron ese oxígeno necesario al equipo de Xavi, que encaró el final del Clásico más a impulsos enfrente de un rival más consistente. Más veterano en suma y con mayor lógica.

1-1 y todos, o nadie, contentos. Al Barça se le acababa la racha ganadora en casa y al Madrid se le escapaba el liderato que quedaría en manos del Girona... Hasta que Bellingham, quién si no, decidió ganarse un lugar en la historia del Clásico. Otro gol y victoria en su estreno.

El Madrid líder... Y el Barça deprimido.