Con un gol polémico de Lewandowski y sin lucir como ha sido la tendencia, el Barça superó al Osasuna y avanzó a la Final de la Supercopa de España.
BARCELONA-- El Barcelona jugará la final de la Supercopa de España, que era el objetivo máximo proclamado por Xavi Hernández. La brillantez la dejó, otra vez, aparcada y se impuso a Osasuna (2-0) tras un partido discreto, nada que ver con el visto un día antes entre Real y Atlético pero haciendo valer sus galones frente a un rival que le plantó cara hasta donde alcanzó, mantuvo la igualada durante una hora de juego y antes, aún con el empate, tuvo un par de ocasiones para darle un susto al campeón.
La entrada de Joao Félix y Pedri, inmediatamente después de que Lewandowski anotase el 1-0, cambió el escenario de un choque hasta entonces muy plano. El portugués, señalado de manera inequívoca por todo el mundo y apartado de la titularidad, pareció comprender que está en juego su futuro azulgrana y volvió, por fin, a mostrar la calidad que se le presupone, asistiendo como colofón a Lamine Yamal para el 2-0. La misma que enseñó Pedri, frío de entrada pero entonado a medida que pasaron los minutos.
Se vio, se demostró, que el Barça precisa, necesita, conjuntar a sus peloteros para no padecer en el campo. Después de una primera mitad otra vez decepcionante y un inicio de la segunda en que su mayor dominio no ofrecía el juego exigible, los cambios mejoraron la imagen global, por más que no sea erróneo considerar al Real Madrid como favorito.
El Barça defenderá el título conquistado el año pasado en Arabia Saudí habiendo enlazado por segunda vez esta temporada cuatro victorias, siempre ante rivales de menor entidad... Y logrando por vez primera desde septiembre ganar un partido por más de un gol de diferencia. Desde que enlazó ante Betis y Amberes sendos 5-0 sus siguientes once victorias habían sido por la mínima, mezcladas con cuatro empates y otras tantas derrotas que han encendido la sensación de la duda alrededor del conjunto azulgrana.
Una sensación que no se olvidó en Arabia. A pesar de que el Barcelona se acercó a un 70 por ciento de posesión y remató hasta veinte veces a la meta del Osasuna, su juego fue mayormente plano, sin nadie más que Lamine Yamal, sustituto de Raphinha antes del descanso, buscando la verticalidad y el quiebro, mientras sus compañeros se acercaban al área rival mayormente a base de pases en horizontales y sin desborde.
Ganó el Barça, que era su objetivo máximo, y tendrá el domingo un examen de primer nivel frente al Real Madrid, que buscará vengar la derrota del año pasado y sumar su tercera victoria consecutiva en el Clásico, tres meses después de vencer en Montjuïc.