BARCELONA -- El partido entre el Barcelona y el Granada estuvo precedido por la asamblea anual de socios en la que la directiva de Josep María Bartomeu recibió el apoyo mayoritario.
Si la cuestión de confianza que se solicitó fue aprobada con un 80 por ciento de los votos, otras dos cuestiones centraron la jornada: la continuidad con Nike como sponsor deportivo y la permanencia de Qatar como partner principal.
La multinacional estadounidense recibió un soporte cercano al 97 por ciento, la línea aérea, mucho más contestada, fue salvada con un 60 por ciento de los votos favorables.
Nike seguirá siendo la marca que vista al Barcelona hasta 2028 con unos ingresos anuales superiores a los 100 millones de euros, lo que convierten este nuevo contrato en el más alto del fútbol mundial.
Para los socios solo existió un pero: el alto precio de las prendas (una camiseta supera los 100 dólares) y el mínimo descuento (solamente un 5 por ciento) que tienen los abonados en la compra de las prendas en la tienda oficial del Camp Nou. El asunto “será estudiado” según prometió el presidente Bartomeu.
“Nike es el auténtico número uno del mundo en su sector, una referencia. Y ante el interés de otras marcas, nosotros decidimos tener una posición seria con Nike. Fue un trabajo largo” sentenció el vicepresidente Manel Arroyo para argumentar el nuevo y aplaudido contrato.
POLÉMICA CON QATAR
Menos unanimidad existió en el caso de Qatar. 483 votos a favor, 251 en contra y 60 votos en blanco fue el resultado de la consulta a mantener la línea area como patrocinadora principal “hasta final de esta temporada” insistió Bartomeu.
A partir de ahí se abrirán nuevas vías, por más que alrededor del club crece la sensación de que habrá una renovación, con unas cifras superiores a los 60 millones de euros por año a pesar de la contestación social que existe respectoa este ‘matrimonio’.
“Ahora votamos el acuerdo de un año. El equipo de Manel Arroyo ha trabajado mucho tiempo. Hay puertas abiertas, hay otras negociaciones y os convocaremos para plantear el acuerdo de largo término” explicó el presidente, ante las opiniones contrarias de un buen número de socios que abogaron entre una “solución imaginativa” o un “cambio radical”.