BARCELONA -- Mientras en el terreno de juego Leo Messi catapulta al equipo de Luis Enrique, en los despachos el Barcelona acelera por cerrar la firma de un nuevo contrato de patrocinio, clave en el futuro económico del club.
Descubrir si renovará su compromiso con Qatar Airways o tiene la mirada puesta en otra sociedad que provoque menos contestación entre los socios a partir de la próxima temporada es imposible ahora mismo.
El mutismo en el interior del Barcelona en este asunto es absoluto. De hecho, las personas que con el vicepresidente Manel Arroyo a la cabeza conocen el estado de las negociaciones son mínimas y las filtraciones inexistentes… Lo único que se conoce es que el club anda cercano a decidirse.
De hecho, en la directiva se trabaja ya en la previsión de convocar una asamblea, tal y como anunció Bartomeu, para trasladar la decisión final a los socios en el acuerdo que haya firmado.
Alrededor del club crecen las dudas respecto a la continuidad con Qatar Airways después de que solamente un 60 por ciento de los votantes en la última asamblea se posicionaran a su favor y que los contrarios expresaran razones muy duras, pero al fin y al cabo, tal y como se explica desde el club, las razones financieras acabarán por ser las que sentencien el tema.
El Barcelona trabaja con varias alternativas, pero todas ellas especifican unos ingresos anuales que puedan llegar a doblar los 35 millones de euros que tiene firmados esta temporada con la aerolínea y que se prolonguen hasta junio de 2021, cuando acaba el mando de la actual directiva.
Si con Nike se cerró ya un acuerdo que hasta 2028 le aseguren al club unos ingresos superiores a los 100 millones de euros por temporada, alcanzar los 70 con el patrocinador a lucir en la camiseta es el otro punto cardinal y principal para mantener el músculo financiero que tan decisivo se entiende en el futuro inmediato.
Y es que cerradas las renovaciones de Busquets o Neymar, hacer frente al nuevo contrato de Luis Suárez y, por encima de todo, llegar a una entente con Messi en un plazo mucho más cercano a lo que se esperaba precisa de un poder económico que pasa, de forma inevitable, por concretar el precio que tendrá la camiseta azulgrana a partir de la próxima campaña.