BARCELONA -- El FC Barcelona B culminó el domingo su descenso a la tercera categoría del fútbol español y el club, que ya trabajaba en la lógica de este escenario, diseña un cambio de estrategia en este considerado último escalón antes de llegar al primer equipo en el que priorizará, como en el pasado, la formación de jugadores llegados desde su propio fútbol base por encima de fichajes externos, como ocurrió en los dos últimos años.
En las tres últimas temporadas el Barça firmó a un total de 34 futbolistas procedentes de otros clubs, ya fueran catalanes (los menos) o extranjeros de cualquier procedencia en una política deportiva que se ha demostrado entre errática y horrorosa, dependiendo el adjetivo que se le quisiera dar.
Futbolistas que, en varios casos, ni tan solo llegaron a debutar con el Barça B y desaparecieron de manera sospechosa del Minestadi, apenas conocidos por los que debían ser sus compañeros y entre muchos de los cuales, los canteranos por encima de todo, creció una sensación de horfandad y abandono que provocó que, en el juvenil, se multiplicasen las deserciones de jóvenes desencantados con la forma de hacer de los dirigentes.
“Lo venden como un simple asunto económico porque no tienen ningún otro argumento”, acusó un representante que pidió mantener el anonimato a ESPN, rechazando las explicaciones del club ante la fuga de juveniles, seducidos por ofertas de Borussia, Mónaco o Manchester City “que les ofrecen no solo más dinero, sino un proyecto que aquí no ven por ningún lado”.
CAMBIO
El Barça, ahora, ha decidido parar en seco y, se afirma desde el club, volver a los orígenes. El filial que jugará la próxima temporada en 2ªB estará formado en su gran mayoría por los futbolistas que conquistaron este curso la Youth League, a las órdenes de un García Pimienta que ya sustituyó en el banquillo a Gerard López, y abriendo la puerta de salida a jugadores sin futuro en el club, muchos de ellos con un rendimiento deplorable en las dos últimas campañas.
Este es, por lo menos, el mensaje que se trasladó desde las oficinas, dando total mando a Guillermo Amor y José Mari Bakero tanto en la confección de las plantillas de los diversos equipos de la cantera como en la recuperación de la idea futbolística, aunque en colaboración con Pep Segura, auténtico hombre fuerte del club en cuanto a su política deportiva.
SAMPER Y EL CAMBIO
Sergi Roberto, quien debutó en 2011 con Guardiola, es el último futbolista que llegó al Camp Nou procedente del Barça B. No se hizo con un hueco hasta la dirección de Luis Enrique y es ahora intocable con Valverde… Pero nadie más siguió sus pasos y se asentó en la plantilla desde entonces.
Bartra, Munir o Sandro personalizarían ejemplos claros de ese cambio de política que apartó a los canteranos de la primera plantilla y que ahora se quiere recuperar. En este aspecto Sergi Samper sería la primera figura a tener en cuenta: después de dos años para olvidar en Granada y Las Palmas, éste perjudicado por una grave lesión, al canterano se le ha comunicado que, de entrada, hará la pretemporada con Valverde y podría por fin ganarse una plaza en la primera plantilla.
Es el paso último en la escalera del fútbol base y cuya puerta quiere volver a abrirse en un Barça dispuesto a desandar lo andado en los últimos años… O que da a entender esa intención que provocará no pocos cambios en los vestuarios.