BARCELONA -- Neymar tendría la posibilidad de abandonar el PSG al finalizar esta temporada si un club interesado en su incorporación, con su visto bueno, trasladase al club francés una oferta de 220 millones de euros (253 millones de dólares al cambio) de acuerdo con una información de la Cadena Ser, que dio por hecho el deseo del delantero brasileño de acogerse a esta posibilidad.
La noticia reabriría, de par en par, un posible retorno al Barça, objetivo último y principal de un crack que en los últimos meses no ha perdido la ocasión de viajar a Barcelona y dejarse ver por la ciudad deportiva del club azulgrana, publicitando sin rubor en las redes sociales diversas fotografías con sus amigos del vestuario. Messi en lugar destacado.
Diversas fuentes consultadas por ESPN mantuvieron un absoluto silencio al referirse a esta posibilidad y aunque desde París se rechazó la posibilidad de que Al-Khelaifi esté dispuesto a facilitar la marcha de Ney, personas cercanas a la directiva del Barça no descartaron que esta operación, utópica hace algunos meses, pudiera llegar a ser una realidad.
En su exposición, la cadena radiofónica añadió que en el contrato firmado entre los representantes del jugador y el PSG se incluyó una cláusula por la que a partir del verano de 2020 su precio de venta disminuiría hasta los 200 millones de euros (230 millones de dólares) y que dicha cantidad descendería aún más, sin especificar cifras, en el año 2021, el anterior a la conclusión de su relación contractual con la entidad presidida por Nasser Al-Khelaifi.
Lo revelado por la Ser se añadió a otra información publicada por el diario Mundo Deportivo, según la cual Neymar lleva algunos meses tanteando un hipotético regreso al FC Barcelona, arrepentido como estaría de haber abandonado (de mala manera) el club azulgrana en el verano de 2017. “Casi lo habría suplicado a un dirigente del club”, añadió la cadena radiofónica, dando cuenta de los mensajes que de manera discreta pero continua lanza el jugador hacia sus ex compañeros del vestuario azulgrana, con quienes sostiene una relación muy estrecha.
El Barça, que mantiene abierto un litigio legal con el brasileño a cuenta del pago de una prima de renovación que se niega a pagarle por haber dejado pocos meses después la entidad, no se planteaba esa utópica operación en meses precedentes pero en las últimas semanas habría suavizado ese posicionamiento, trasladando al área deportiva encabezada por Pep Segura y Eric Abidal la responsabilidad de llevar a cabo el fichaje si éste fuera conveniente desde un punto de vista futbolístico.
MOTIVACIÓN
La amistad que conserva Neymar con las cabezas visibles de la plantilla azulgrana, Messi por encima de todo y en igual medida con Piqué, Suárez, Ter Stegen o Busquets, sería un factor a tener en cuenta a la hora de considerar dicha posibilidad, aumentada por el hecho de la desmotivación que, se afirma, se adueñó del brasileño en Francia, donde ha encontrado una Liga mucho menos atractiva, dura y sin alicientes por la manifiesta superioridad del PSG.
Más aún, la eclosión de Mbappé, con quien mantiene una relación cercana y fluida, no solo ha puesto en entredicho su condición de número uno en el club francés, sino que le ha apartado del primer plano en cuanto a favor mediático y de una hinchada entregada al joven crack, convertido en el ídolo indiscutible a partir de la conquista del Mundial en Rusia con la selección gala.
Todos esos condicionantes, y la nostalgia con que recuerda tanto su vida en Barcelona como en el Barcelona, se apuntan como claves en el deseo de Neymar de cerrar su etapa en París para regresar a un club en el que, incluso, estaría dispuesto a adecuar su salario, a la baja, para facilitar ese reingreso que ha pasado de impensable a posible.
EL RIESGO BLANCO
El presidente del Barça, Josep María Bartomeu, no estaría tampoco cerrado a tal opción, siempre que el futbolista abandonase su litigio legal con el club, entendiendo que los intereses deportivos de la entidad estarían por encima de consideraciones personales. Y atendiendo, por encima de todo, a lo que decidiera el área deportiva.
El mandatario sabe que los pesos pesados del vestuario apoyan absolutamente esta opción, entendida tanto a nivel humano (por la relación de amistad) como deportivo, considerando que Ney es, a pesar de todo, un jugador de tal calidad que provoca un plus fuera de lo común para el equipo.
Y es en ese sentido donde su fichaje, refichaje, adquiere otro punto de interés: la aparición en el plano, o mejor dicho la presencia, del Real Madrid. Bartomeu no es ajeno a que Florentino Pérez está dispuesto a echar el resto por el jugador brasileño, necesitado como está de ocupar el vacío de Cristiano Ronaldo y consciente de la imposibilidad de hacerse con los servicios de Mbappé (a quien ya trató seducir, sin suerte, en el pasado).
Con el recuerdo de Ronaldo en el escenario, que en 2002 fichó por el club blanco después de que Van Gaal rehazase un regreso que apadrinaba el entonces presidente Gaspart con el apoyo del dueño del Inter Massimo Moratti, Bartomeu sopesaría el riesgo existente con un fichaje de Ney por el Real Madrid, cuando se entiende que Messi, el número uno indiscutible, empezará la cuenta atrás de su carrera en los próximos años.
La suma de todos esos factores, con el visto bueno de la plantilla y el informe positivo del área deportiva, abriría la puerta al regreso de Neymar al Barcelona. Faltaría conocer cómo se tomaría la afición azulgrana esta posibilidad, claro, pero es evidente que con el apoyo implícito del vestuario, de Messi en particular, todo se aventuraría más fácil. Y, parece, nada imposible.