BARCELONA -- El Barcelona despedirá la Liga en Eibar el domingo, con la mirada puesta en el siguiente sábado, cuando cierre la temporada con una final de Copa frente al Valencia a la que Ernesto Valverde acudirá en clara desventaja, confirmándose la sospechada baja de Dembélé que se sumará a la confirmada de Luis Suárez... Y que podría tener, según apuntó a ESPN Digital una fuente cercana al vestuario, en Philippe Coutinho a un tercer ausente.
Una información del diario AS dio por hecho este jueves que Ousmane Dembélé no jugará la final después de que la recuperación de la rotura del bíceps femoral de la pierna derecha que sufrió en el partido frente al Celta sea mucho más lenta de lo aventurado en un principio.
Si un día después de su lesión en Balaídos las pruebas médicas a las que fue sometido en Barcelona confirmaron un periodo de baja estimado tres semanas, poniendo ya en duda su puesta a punto para la final y, en cierto modo, alertando de que una reaparición forzada le arriesgaba a una recaída que pudiera poner en peligro el inicio de la próxima pretemporada, las últimas pruebas a las que fue sometido Dembélé descubrieron que lejos de acelerar, la recuperación no será completa hasta, por lo menos, la primera semana de junio, con lo que su participación en la final de Sevilla estaría totalmente descartada.
ESPERA IMPACIENTE
Si Valverde ya se mostró alejado de Luis Suárez, sin admitirlo públicamente pero no negando que no estuviera informado de su operación ni ocultando el problema que su baja le supone por sumarse a Dembélé, el asunto de Coutinho aparece ahora como un contratiempo no inesperado pero sí incómodo.
El brasileño se retiró durante el último partido de Liga en el Camp Nou frente al Getafe, dolorido del muslo y, según el informe médico posterior, sufriendo una ‘elongación en el bíceps femoral de la pierna izquierda’ que le tendría de baja, al menos, diez días.
De acuerdo con ello, Coutinho debería estar en condiciones para jugar la final frente al Valencia, pero con la Copa América a la vuelta de la esquina no sería una sorpresa que el jugador, el más discutido por la hinchada del Camp Nou, evitase arriesgar para asegurar su presencia sin más dificultades en el torneo de selecciones.
Ante ello, el panorama ofensivo para Valverde es absolutamente preocupante. Con la sola presencia fija de Lionel Messi, Malcom podría tener un puesto asegurado y un tercer integrante es una auténtica quimera, estimándose que Boateng, quien no entra en los planes del entrenador, no jugará y que pudiera verse obligado a contar con la cantera o, como hizo alguna vez, situando a Sergi Roberto en el exterior.
Lo que parece claro es que el Barcelona, curando poco a poco la herida sufrida en Liverpool, mira hacia Sevilla para cerrar el curso con el segundo doblete consecutivo, con sabor agridulce pero que, de hecho, puede marcar el futuro del equipo y, por encima de todo, de su propio entrenador.