BARCELONA -- Renovarse o morir, El Barcelona conmemora este jueves el cuarto aniversario de la conquista de la Champions en Berlín, la última lograda por el club azulgrana y cuyo recuerdo ha provocado una reflexión indiscutible en el Camp Nou: la necesidad de renovar/rejuvenecer la columna vertebral del equipo es tan urgente como inaplazable.
El 6 de junio de 2015 el Barça derrotó a la Juventus con una alineación cuya edad media era de 27.4 años, con los 32 de Dani Alves como máximo y los 23 de Ter Stegen y Neymar como mínimo. Solamente el lateral brasileño, Mascherano e Iniesta habían alcanzado o superado los 30 y al centro del campo se había incorporado al comienzo de aquella temporada Rakitic, de 27, y quien provocó que Xavi, de 35, acabase su carrera en el club al finalizar el curso al comprobar su pérdida de protagonismo en el terreno de juego.
Esa ‘Ley de vida’ que se contempló en Xavi, que pasó de jugar 3,586 minutos y 41 partidos como titular durante la temporada 2013-14 a los 2,191 minutos con 21 titularidades al curso siguiente, es la que al cabo de cuatro años retoma un protagonismo que no se sospechó en pasadas campañas y se convierte ahora en indispensable en la planificación deportiva del club.
Siete de los titulares en la final de Berlín siguen siendo indiscutibles en el Barça cuatro años más tarde, y solamente Ter Stegen (que en abril cumplió los 27) está por debajo de los 30. Suárez y Piqué ya llegaron a los 32, que cumplirá Messi este mes de junio, Rakitic tiene 31, los que cumplirá Busquets en julio, y Jordi Alba tiene 30. La columna vertebral en pleno y entendiéndose que Alba, Rakitic, Suárez y Piqué han sido poco menos que intocables. Messi, claro, lo es del todo.
SIN ESPERA
Si como curiosidad, y comparación incómoda, puede apuntarse que del once de aquella Juventus de la final de Berlín solo fue titular este curso Bonucci y que en la plantilla bianconera solo permanecieron junto a él Marchisio (15 partidos) y Barzagli (7), se entiende el atraso sufrido en el Camp Nou, donde en los últimos tiempos se trató más de buscar complementos que potenciales titulares... Llegados en cuentagotas y por necesidad evidente.
La fuga de Neymar provocó el fichaje de Dembélé y la salida de Iniesta motivó el de Coutinho, llamado a sucederle en el campo a pesar de todo el ruido mediático creado a su alrededor. Umtiti llegó para suceder a Mascherano y a partir de aquí, poco o nada más.
Desde la temporada 2015-16 y hasta enero de 2019 el Barcelona, de acuerdo con las cifras publicadas por la web especializada transfermarkt.com, ha invertido nada menos que 679,35 millones de euros en 22 futbolistas. Y a la vista de la plantilla actual, y una vez cerrado el fichaje de De Jong, se entiende la necesidad de una nueva inversión millonaria, con al menos tres jugadores capaces no de acompañar, sino de ser protagonistas indiscutibles en el terreno de juego en los partidos trascendentales del curso.
Puede apuntarse el fichaje, horroroso, de Arda Turan en 2015 como el primer paso para suceder a Iniesta y la primera apuesta fallida en el ‘rejuvenecer sin molestar’ a los intocables. Desde el verano de 2015 y hasta enero de 2018 el Barcelona fichó a 15 jugadores de los que solamente 5 (Umtiti, Cillessen, Semedo, Dembélé y Coutinho) jugaron esta temporada en el equipo de Valverde. Y su trascendencia, a la vista está, no fue en general la esperada.
La sorpresa de Lenglet (beneficiado por la lesión de Umtiti), la adaptación supersónica de Arthur (sorprendente) y el buen desempeño de Arturo Vidal protagonizados esta campaña no oculta el déficit que arrastra el Barça en la necesidad de reforzar su columna vertebral sin más dilación.
Cuatro años después de celebrar su última Champions League, los títulos de Liga y Copa conquistados no bastan en un club condenado a ganar. A ganar siempre y a hacerlo sin excusas.