BARCELONA -- Philippe Coutinho estaba llamado a cerrar el círculo. Huido Neymar al PSG en agosto de 2017, el Barcelona respondió fichando de inmediato a Ousmane Dembélé y trabajó hasta el último día de mercado de aquel verano en incorporar a Cou, pero el Liverpool se mantuvo impasible ante todos los intentos del club azulgrana y su llegada se demoró hasta el mes de enero siguiente.
Roberto Fernández, secretario técnico y, junto a Pep Segura, máximo responsable del área deportiva del primer equipo en aquel momento, entendió que con Dembélé sucedía a Ney y que Coutinho era la pieza ideal para hacer lo propio con Andrés Iniesta, quien vivía sus últimos meses en el club, en la renovación de un vestuario necesitado de nuevas piezas indiscutibles.
El aplauso por su fichaje, el más caro de la historia del club, fue unánime… Pero al cabo de 19 meses la decepción y el fracaso han sido evidentes. “Yo no fiche a Coutinho para que jugase de delantero; la idea era que ocupase la plaza de Iniesta”, repitió insistente, en mayo y durante una conversación con ESPN Digital, el ex secretario técnico del Barça, recordando que la adaptación del brasileño en su primera media temporada, jugando en la mediapunta, había sido positiva. Y lamentando que convertirlo en el tercer delantero le condenó.
Al final ni fue capaz de hacer olvidar a Neymar jugando como delantero ni mucho menos lo consiguió con Iniesta, convirtiéndose en un jugador muy previsible, ralentizando el juego de ataque y sin mostrar ninguna de las grandes cualidades con las que había llegado. Klopp descartó sin pestañear su retorno al Liverpool, publicado interés del Tottenham no se confirmó, su pase al PSG como parte de la operación Neymar se frustró sin que se sepa a ciencia cierta la razón… Y la cesión al Bayern se convirtió finalmente en la única salida que le quedó al Barça.
Frágil y conformista (no se le conoce ninguna queja pública por su posicionamiento en el campo ni, tampoco, privada con el entrenador), al brasileño le derrumbó el ambiente de un club al que nunca se adaptó y en el que dio la sensación de vivir a disgusto, hasta el punto de rebelarse, solo, contra la propia afición en el Camp Nou. Su condena para entonces ya se daba por supuesta.
MENGUANTE
En su primer medio curso de azulgrana, sin la posibilidad de jugar en Champions, Coutinho disputó 22 partidos, marcó 9 goles y repartió 6 asistencias, mostrándose trascendente tanto en el acelerón por la conquista del título de Liga como en la de la Copa del Rey, titular y destacado en la semifinal frente al Valencia, con un gol, antes de la final frente al Sevilla…
Pero en su segunda temporada todo se torció. ‘Necesidades del guión’ provocaron que, ya sin Iniesta en el club, la buena adaptación de Arthur obligase a Valverde a combinar a sus jugadores y solventó, confiado en su calidad, variar la posición de Cou, cuya trascendencia futbolística fue menguando a pasos agigantados, pasando de protagonista a secundario y de secundario a invisible. Y provocando el divorcio de una afición incrédula ante su hundimiento y, lo peor a la vista de la gente, conformismo ante una situación sin vuelta atrás.
54 partidos, solo 12 completos de los 38 en que fue titular, con 11 goles y 5 asistencias, son el resumen estadístico de esta segunda campaña como azulgrana, en la que apenas brilló frente al Real Madrid, el Olympique de Lyon, el Sevilla o el Manchester United… y en la que quedó ya condenado sin solución, señalado, tras la debacle de Anfield, donde permaneció durante 60 minutos, horribles en el campo antes de ser sustituido por Semedo entre las chanzas de la afición del Liverpool, que tanto le había idolatrado en el pasado.
HISTORIA
Coutinho se marcha de Barcelona sin cerrar completamente su libro como azulgrana, puesto que tras su temporada de cesión al Bayern le restarán, todavía, tres años de contrato con el Barça si el club alemán no hace efectiva la opción de compra firmada en el contrato entre los dos clubs. La operación, para algunos ruinosa y para otros necesaria por encima de todo, sentencia, eso sí, al brasileño como uno de los jugadores más decepcionantes que se recuerdan en el Camp Nou.
‘El peor fichaje de la historia’ se ha llegado a calificar a Coutinho, atendiendo a su precio y a su nulo peso futbolístico. No cabe duda que siendo como es el jugador más caro del Barça, su figura entra con pleno derecho en esas consideraciones… Aunque en el último medio siglo el club azulgrana llevó a cabo operaciones tan ilusionantes y millonarias como decepcionantes y fracasadas se convirtieron después.
Y es que, por ejemplo, Roberto Dinamita, el mayor goleador en su momento de la historia del Vasco da Gama y que tuvo un paso efímero de tres meses por el Barça en 1980, Mark Hughes, Alfonso Pérez o Zlatan Ibrahimovic fueron en su momento apuestas millonarias que abandonaron el Camp Nou con el mismo regusto amargo que hoy protagoniza Coutinho…