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Sin gol, con pesimismo... y con recado de Piqué

“Va a ser muy difícil ganar esta Liga. No dependemos de nosotros y haremos todo lo posible. Visto lo que ha sucedido va a ser muy difícil que el Real Madrid pierda puntos. Viendo estas dos jornadas, esto va a ser muy difícil”. La denuncia, el recado de Gerard Piqué al acabar el partido en el Pizjuán, dejó patente la sensación con que el Barcelona recibió los resultados del Real Madrid. Y las, sin decirlo abiertamente, decisiones arbitrales que, se considera, ha disfrutado el equipo de Zidane.

Al Barça le penalizó la falta de gol y el domingo podría dejarse el liderato si el Madrid no falla en San Sebastián. No pareció que el equipo de Setién necesitase imperiosamente la victoria. Sabiendo que todos los partidos se entendían, se entienden, a vida o muerte, el líder no le puso toda la intensidad necesaria, no corrió como se esperaba y, en una decisión difícil de comprender, no se refrescó con los cambios como en partidos anteriores.

Ausentes tres jugadores del primer equipo de la convocatoria (De Jong, Sergi Roberto y Umtiti), el entrenador no le dio ningún protagonismo a los canteranos del banquillo. Dio entrada a Arthur a los 63 minutos y a Griezmann a los 77… Y no contó con Riqui Puig hasta el 88 sin atender a la entrada de Ansu Fati, magnífico ante el Leganés y cuya velocidad y descaro, probablemente, habría sido un punto a su favor.

Lopetegui movió el banquillo, refrescó al equipo y con ello acabó el partido con menos agobios de los esperados, por más que Piqué afirmase que el Barça mereció el triunfo.

“Se nos han escapado dos puntos porque hemos tenido más ocasiones. Hemos estado bien con la pelota, habían pocos espacios, hemos generado pero no hemos sido capaces de marcar” afirmó el central catalán, no atendiendo a que, en definitiva, acabó parando más Ter Stegen que Vaclik, salvando al líder hasta en tres remates envenenados.

Al Barça le faltó gol, le faltó nervio y le faltó rabia. Con una inercia que no dio a pensar en nada más, el equipo azulgrana se entregó a la fatalidad, en un momento cumbre de la temporada. Cuando se entendía imprescindible sumar de tres en tres, a la primera prueba de fuego el líder se dejó dos puntos.

Sin gol, sin rabia y sin fuerza, solo quedó la denuncia de Piqué, avisando de un temor que, yendo más allá del futbol, no puede, por nada, ocultar la realidad, triste, de este Barça.