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Koeman: El desprecio por los viejos y los jóvenes... De Luis Suárez a Riqui Puig

Uno de los tantos factores que provocó la debacle del FC Barcelona de algunos años a la fecha es que el equipo se hizo viejo.

La columna vertebral (Gerard Piqué, Sergio Busquets y Lionel Messi) supera los 30 años y evidentemente no existió visión alguna para irla renovando poco a poco.

Se apostó por exprimir al máximo a un equipo que tocó el cielo de la mano de Pep Guardiola, y que con Luis Enrique continuó la inercia, en gran medida gracias al fichaje de Neymar y al tridente histórico que conformó con Leo Messi y Luis Suárez.

Las sonoras alarmas de Roma y Anfield no fueron suficientes para hacer un alto y replantear el futuro del club: siguió como técnico Ernesto Valverde, amparado en dos títulos de Liga, aunque la filosofía estuviera tres metros bajo tierra.

Nulo juego de conjunto, escasas variantes, mala elección de refuerzos y una pobreza que Messi escondía un día sí y al otro también, gracias a sus soberbias y determinantes actuaciones.

Y ni hablar de la cantera. A algunos los vendieron, a otros los cedieron y a varios más los echaron. Y a los que se quedaban, Valverde ni los volteaba a ver. Los llevaba a la pretemporada en Estados Unidos y posteriormente tenían minutos en algún juego de Copa del Rey sin la mayor exigencia, y nada más.

Por ahí estuvo el relevo natural de Jordi Alba, Marc Cucurella, a quien se cansaron de despreciar, hasta que lo malbarataron; desde hace años Riqui Puig es por mucho la máxima joya de la cantera con la mano en alto para ser tomado en cuenta, y nada... Y está de más hablar de casos como Gerard Deulofeu, Carles Pérez, Rafinha, Eric García y un largo etcétera.

Las decisiones de Josep María Bartomeu y su junta directiva han ido de mal en peor: por fin echaron a Ernesto Valverde, con justificada razón, pero salieron a aclarar que fue porque los jugadores ya no lo querían. No tardaron los líderes del vestuario en desmentir dicha versión.

Llegó Quique Setién, fichado bajo el ‘mérito’ de ser un amante de la escuela de Cruyff, pero sin argumento alguno en cuanto a trayectoria o pasado en el club que lo amparara.

Y pasó lo que pasó. Eliminado de la Copa del Rey, perdió La Liga con el Real Madrid pese a tener ventaja antes del parón por la pandemia, y un 8-2 tan vergonzoso como histórico en la Champions a manos del Bayern Munich.

Se tocó fondo y la frustrada huida de Messi lo reafirmó. Sin embargo, el villano de la película ni se ha inmutado. Bartomeu fichó a Ronald Koeman para tener como escudo a un “histórico” del club, quien en unos cuantos días convirtió una supuesta renovación en un escándalo lleno de incongruencias.

Todo empezó torcido con el holandés desde la primera toma de contacto con Messi en la que el argentino le trasladó que se veía “más fuera que dentro” del equipo.

Y siguió con una llamada de menos de dos minutos en la que le dijo a Luis Suárez, tercer mejor goleador en la historia del club y socio irremplazable de Messi, que no contaba con él.

Cortó a Ivan Rakitic y Arturo Vidal, además de que está empecinado en fichar a un par de holandeses: Memphis Depay (delantero de 26 años) y Georginio Wijnaldum (centrocampista que está por cumplir 30)...

La ‘cereza en el pastel’ llegó hace unos días cuando se hizo público que Koeman le dijo a Riqui Puig que no cuenta con él y lo dejó fuera de la convocatoria para disputar el tradicional Trofeo Joan Gamper, que marca el inicio de la temporada.

“Para mí es una buena posibilidad que Riqui se vaya cedido... Tiene futuro en este club, pero quizá no ahora”, declaró el entrenador del Barça.

Es decir, un chico de 21 años, seleccionado español en su categoría, que ha recibido elogios de todo el mundo, y que es el presente y futuro del equipo, no tiene cabida en la reestructuración que planea el holandés.

En medio de la debacle que vivió apenas hace un mes y medio el Barcelona, Puig fue quizá la única buena noticia. Cuando Setién le dio minutos no defraudó en lo absoluto. Ante Atlético de Madrid y Celta de Vigo dejó constancia de que es un futbolista al que es imposible desperdiciar y/o despreciar.

Bueno, pues Setién lo desperdició porque el premio a sus buenas actuaciones fue que Riqui no jugara un solo minuto en la Champions, ni ante Napoli y mucho menos frente al Bayern.

Y ahora Koeman lo desprecia. ¿Tiene futuro pero no hoy? ¿Cuándo entonces, a los 30 años? Tiene 21 y uno de los grandes motivos por los que el Barcelona está como está es porque el equipo envejeció. ¿No debe ser acaso el rostro que represente la renovación junto con Ansu Fati?

Si Koeman no quiere a Puig, no ha entendido nada sobre las necesidades del Barcelona. No le gustan los ‘viejos’ y ya los echó: Suárez, Vidal, Rakitic... Pero tampoco le convencen los jóvenes y le recomienda a Puig, Aleñá y Pedri irse cedidos y sumar minutos en otro sitio porque en el Barcelona “tienen mucha competencia”.

Con holandeses de medio pelo, porque Depay y Wijnaldum lo son, no se recuperará la esencia del Barça, y mucho menos con esa idea de que las joyas de la cantera deben irse para jugar en otro sitio y volver en unos años. ¿Acaso Xavi, Iniesta o el propio Messi fueron cedidos?

Nunca se descubrirá a sus sucesores si la apuesta por la cantera no es real. No hay que ser un genio para identificar cuando se está enfrente de futbolistas que son distintos al resto, y Puig, claramente es uno de ellos.

La esperanza del Barcelona es que Bartomeu tenga que irse, obligado por una votación de los socios, pues el presidente que llegue puede prescindir de Koeman, que sí, fue un gran futbolista del club, pero como técnico, salvo los títulos en Holanda, nada para presumir ni en estilo de juego ni otros éxitos en un largo andar de 20 años.

El empresario Víctor Font es uno de los candidatos más fuertes para llegar a la presidencia del FC Barcelona, y el hombre clave de su proyecto se llama Xavi Hernández, quien desea dirigir al club, pero con poder de decisión y de la mano de gente de su confianza: su hermano Óscar, Carles Puyol y Jordi Cruyff, entre otros.

La hipotética llegada de Xavi es la única esperanza que asoma en un Barcelona en ruinas. Bajo la tutela de esta leyenda existirían garantías innegociables en el club: la defensa de la filosofía de juego, una apuesta real por la cantera, y tal vez hasta la permanencia de Messi, quien hoy por hoy está convencido de marcharse en 2021.