MADRID -- El nombre de Eden Hazard las dos últimas temporadas se asocia a diez lesiones y un positivo por coronavirus. Su gran nivel mostrado el resto de su carrera se ha quedado, y más en un mundo del futbol que gira tan rápido, en un lejano recuerdo que tras su partido contra Osasuna empieza a recordar.
El belga no marcó gol, pero mostró una chispa que rara vez había mostrado durante su estancia en el Real Madrid. Solo tres minutos tardó en demostrarlo con una conducción comenzada en el centro del campo tras una picada sobre un defensa y que finalizó disparando a portería.
Se le fue alto, pero ya evidenció que su confianza ha crecido respecto al martes contra el Chelsea, donde dispuso de la misma oportunidad y prefirió pasar el balón a Vinicius Junior en vez de chutar.
Siempre con la portería en su cabeza y dando muestras de esa calidad diferencial que le colocó entre los mejores de Europa. En el minuto 25 se inventó un pase de espaldas, de espuela, a Marco Asensio al espacio que generó una oportunidad de la nada. La jugada acabó en saque de esquina, y cuando las cámaras le enfocaron se le escapó una sonrisa; la de jugón, que decía Andrés Montes.
Justo en ese córner dispuso de una gran oportunidad para marcar su primer gol desde el 23 de enero, pero no consiguió impactar bien con el balón. Aún así, Sergio Herrera se tuvo que emplear a fondo para despejar el esférico.
Aunque las dos mejores noticias para Hazard llegaron en otras facetas. La primera, que en el minuto 54 sufrió una entrada por detrás de Javi Martínez ante la que se levantó enseguida, sin ninguna muestra de dolor en los tobillos. La segunda, que pudo disputar más de una hora de partido, 71 minutos, algo que no hacía desde el pasado 9 de enero, precisamente, contra Osasuna (75 minutos aquel día).
Rendimiento y sensaciones que le hacen ganar enteros para ser un factor diferencial para un partido que le hace especial ilusión como es el del próximo miércoles contra el Chelsea en el que volverá al estadio donde se consagró en Europa, Stamford Bridge.