Si la pregunta es: ¿Martin Braithwaite o Sergio Agüero?, la respuesta raya en la lógica más elemental... El ‘Kun’. Sin embargo, alrededor del argentino, histórico e incuestionable goleador, también existen alguna dudas.
En primer lugar se trata de un fichaje que el Barcelona merodeó hace 10 años, es decir, Agüero llega al club con una década de retraso tras vivir sus mejores años en el Manchester City y con 33 años recién cumplidos.
Además, se da por descontado que por ser gran amigo de Leo Messi, dicha sociedad la van a trasladar a la cancha, situación que dista mucho de la realidad, pues las ocasiones que han coincidido en el ataque de la selección Argentina, los frutos no han sido cuantiosos.
Empecemos por aclarar que el ‘Kun’ no es Luis Suárez. El uruguayo es un depredador, una bestia —bien entendido el concepto— que va por todos los balones, que ‘muerde’ y desgasta como nadie a los defensas, además de tener una capacidad de asociación envidiable.
Agüero es un delantero más estético, con mayor técnica (no que Suárez no tenga técnica) y sobre todo, muy individualista. Y Messi necesita a un socio, más que a un compañero de ataque que sea solo un definidor.
La sociedad de Leo con el charrúa y antes con Neymar, se fincó, evidentemente en la gran calidad del tridente, pero también en la solidaridad, no había envidias, ninguno buscó nunca el lucimiento por encima del otro, cada uno tuvo claro siempre el rol que le tocaba desempeñar.
Y cuando se quedaron solos Messi y Lucho la fórmula no fue distinta, con lo que se mantuvo la efectividad en cuanto a goles y asistencias del uno al otro, siendo Messi en su calidad de mejor del mundo, el que tuvo los mayores registros, pero los de Suárez no desmerecían en lo absoluto.
Que Agüero va a ayudar al Barça, ni duda cabe, pero de nuevo, no es Luis Suárez y no puede esperarse una dupla demoledora con Leo. Van a producir, por supuesto, pero ahí no hay novedad, Messi solo siempre produce.