BARCELONA -- Sergio Agüero, sonriente y feliz. Dos días después de despedirse entre lágrimas del Manchester City tras perder la final de la Champions frente al Chelsea el Kun fue presentado como nuevo jugador de un Barcelona con el que se comprometió por dos temporadas en una operación que comenzó a gestarse hace dos meses, prácticamente desde que anunció su marcha del club citizen en marzo.
El delantero argentino, que el miércoles cumplirá 33 años, llega al Camp Nou para, se supone, ocupar la plaza que dejó vacante en septiembre de 2020 Luis Suárez en una decisión que la anterior directiva del Barça explicó por la necesidad de rejuvenecer la plantilla y que la actual, con Joan Laporta al frente, convino necesaria al hablar directamente de fin de ciclo. La realidad económica del club, sin embargo, obligó de tal manera a rebajar sus expectativas de mercado que Agüero, prácticamente inédito con Guardiola este útimo curso, se presenta de azulgrana con la consideración de crack.
Su aterrizaje en el Camp Nou con la carta de libertad, aceptando un salario muy inferior al que tenía en Manchester y que se afirma alrededor de los 6 millones de dólares fijos por temporada, al margen de incentivos por rendimiento y títulos, obedece a la necesidad del Barcelona de invertir lo mínimo en fichajes. Así se explica también la incorporación de Eric García, que será presentado el martes, y las negociaciones que se avanzan con Wijnaldum y Depay.
El discurso valiente y desacomplejado de Laporta durante la campaña electoral, jugando con el nombre de Erling Haaland y dando por hecho que el club estaría en disposición de pelear cualquier fichaje, ha dado paso a un presente muy diferente en el Camp Nou. El nuevo presidente ha comprobado que la situación financiera del Barcelona es mucho más delicada de lo que intuía y no solo precisa recortar salarios en la plantilla, sino que, en cuanto a los refuerzos necesarios, no puede permitirse el lujo de pensar en grande, sino que debe aplicarse a lo mínimo imprescindible.
Así se entiende, a fin de cuentas, el fichaje de un Agüero que no personaliza precisamente un rejuvenecimiento del equipo y cuyo rendimiento estará analizado con lupa desde el primer día, atendiendo tanto a su edad como a sus circunstancias. Y, también, a su relación con Messi.
"He jugado en diferentes puestos pero tengo uno más o menos concreto que es el de definir e intentaré aportar toda la experiencia que tuve, primero en el Atlético de Madrid y después en el Manchester City" desveló el Kun en sus primeras declaraciones, ofrecidas en exclusiva a BarçaTV, enfundado en una camiseta de entreno del club y tras superar la revisión médica previa al anuncio oficial de su fichaje.
Habrá que ver si la apuesta, que se supone (aunque no haya dicho ni media palabra de ello) avalada personalmente por Leo Messi, funciona a un Barcelona que ya en 2011 pensó en el Kun y que en 2014 planteó abiertamente su fichaje. El argentino que era referencia del Atlético hace una década será quien deba hacer olvidar al uruguayo que con sus goles le dio más de medio título liguero al propio Atlético.