Fue fantástico escuchar a Roy Keane decirle a Gary Neville el otro día que le indignó venir a dirigir un lunes por la mañana para descubrir que un miembro de su cuerpo técnico no se había molestado en ver el Real Madrid vs. Barcelona la noche antes. Rememorando, Keane piensa que debió despedir al tipo en el acto por faltarle gusto, sentido común y pasión por el futbol como para hacer una cita especial con un producto imperdible de LaLiga. No podría estar más de acuerdo.
Este fin de semana —de hecho, desde que arrancó esta temporada— el Atlético de Madrid era la cita "obligatoria". Desde comenzar la larga batalla por retener su título, los partidos que incluyen a los campeones de España nos han dado ocho goles (algunos sublimes), cuatro tarjetas rojas, 20 tarjetas amarillas, una reyerta en el túnel, un penal, uno de los autogoles más ridículos jamás vistos, una guerra desagradable de piquetes de ojos, 37 tiros a gol, la aparición de un pasador al estilo de Tom Brady y una marca de futbol que mezcla, por fin, la naturaleza de “atrápame si puedes” de la Liga Premier con la calidad distintiva más lista, más técnica de LaLiga.
Ciento ochenta minutos de “parpadea y te perdiste otro momento explosivo” de futbol. Y eso es solo la temporada 2021-22 actual —rumbo al verano, ¡el Atleti inició su propia “Batalla de Rotterdam" también!
Los rojiblancos perdieron por 2-1 ante el Feyenoord en el estadio De Kuip, durante lo que originalmente fue un enredo menor entre Yannick Carrasco y el defensa Tyrell Malacia, culminó con el belga tirando puños, el mediocampista del Feyenoord Orkun Kokcu sangrando de su cachete y cuello, más una reyerta mientras Carrasco y Kokcu debieron ser separados (por los pelos) por Marcos Llorente y Jan Oblak.
Carrasco se rehusó a aceptar su tarjeta roja hasta que Diego Simeone corrió a la cancha para insistir furiosamente que el mediocampista desgarbado tomase su medicamento. Al final, después del gol ganador de fuera de lugar del Feyenoord en tiempo añadido al tiempo añadido, Simeone además perdió los estribos y empujó a su contrario, Arne Slot.
“Si no hubiera habido nadie, habría tenido un problema mayor”, refunfuñó luego el técnico del Feyenoord. “¡Uno a uno no me gustaría encontrarme con él!"
Pero Slot añadió algo revelador, que pareció predecir la actitud de todos para uno y uno para todos que el Atlético le ha inyectado a sus tres partidos competitivos hasta ahora. “Fue una reacción un poco exagerada. Pero les dije a los jugadores que también podemos aprender algo del Atleti. ¡No quieren perder bajo ninguna circunstancia, ni siquiera en un partido de entrenamiento cuando piensan que es fuera de juego!"
Una forma de tratar de comprender el arranque de campaña a todo dar del Atleti es ver si recuerdan el “Batazo que se escuchó alrededor del mundo”, cuando el jardinero de los New York Giants, Bobby Thomson, conectó el jonrón ganador en la parte baja de la novena entrada para ganar el banderín de la Liga Nacional luego de haber ido perdiendo 14 partidos más temprano en la temporada. O, ¿recuerdan haber visto el primer Juego de Estrellas de la NBA en el Boston Garden, o el estreno de la película ganadora de varios premios Óscar "An American in Paris”, protagonizada por Gene Kelly y Leslie Caron?
Yo diría que casi seguramente no. Es que todos esos eventos son de 1951, cuando Nat King Cole lanzó "Unforgettable" y el actor de voz que hacía de Bugs Bunny, Mel Blanc, tuvo un hit como Tweety Pie con, "I Taut I Taw A Puddy Tat”. Ese también fue el último año en que el Atlético de Madrid ganó títulos consecutivos de LaLiga —hace siete largas décadas.
Tomen una rodaja fina de los primeros tres partidos del Atleti en LaLiga, lleven la muestra a un laboratorio y pídanle a los mejores científicos que analicen sus hallazgos. Los resultados de las pruebas estarán etiquetados, “¡Peligro: pura ambición!" El Atleti está mostrando una sed despiadada por repetir.
Cuando el Atleti conquistó España por última vez, en 2014, se disiparon de modo inquietante la siguiente temporada. Menos goles anotados, más concedidos, unos desastrosos 12 puntos menos que cuando fueron monarcas —y 16 puntos por detrás de los campeones del 2015, Barcelona.
Hay una determinación clara y férrea por no repetir ese bochorno, y el Celta de Vigo olió esa pólvora en la fecha uno. El Atleti creó dos de los goles más magistrales, clínicos y emocionantes del reinado de 10 años del Cholo —golazos absolutos— y ganaron por 2-1 en Vigo. Pero su gurú del fitness, Óscar "El Profe" Ortega recibió tarjeta roja por quejas malhumoradas y se desató otra trifulca cuando Luis Suárez recibió una falta en tiempo añadido.
Mario Hermoso se autodenominó "El Rey del Empate" y vio la roja por cumplir su venganza con el capitán del Celta, Hugo Mallo. Oh, y hablando de empates, el Atleti produjo un gol de comedia este fin de semana contra el Villarreal.
En realidad, los campeones defensores debieron estar al frente por un puntaje de básquet. Habían castigado a los ganadores españoles de la Europa League: el equipo de Simeone disparó 23 remates y ejecutó 15 tiros de esquina mientras que el Villarreal tuvo dos tiros, ¡y ambos entraron! De cualquier manera, cuando el partido llegó al tiempo añadido, Saúl envió un disparo desesperado, y Aissa Mandi asumió que su arquero, Gerónimo Rulli, se había quedado en su portería para recoger su cabezazo suave, solo para encontrar que Rulli se había movido a su izquierda pensando que el balón iría directo hacia él. En vez, botó más allá de Rulli y llegó al fondo de la red.
Caras rojas para los hombres en camisetas amarillas, regocijo rojiblanco para el Atleti. Spray rojo para el técnico del Villarreal, Unai Emery, también, ya que estuvo al borde de poner fin a una racha de 15 partidos sin victoria al enfrentar a Simeone.
“Hemos tenido media hora pegando patadas a la pared en el vestuario, arrojando botellas y nos hemos acordado de la madre de todos nosotros”, Emery admitió. Incluso eso fue solo una vez la pelea del túnel se había calmado.
El árbitro Soto Grado lo describió dispassionately en su reporte: “Tras finalizar el encuentro en el túnel de vestuarios, presenciamos una discusión entre técnicos y jugadores de ambos equipos. Observamos al asistente de Unai Emery, Imanol Idiakez, encarándose con un directivo local a gritos de manera agresiva y teniendo que ser sujetado por integrantes de su equipo. Entonces [el delegado del Atleti] Pedro Tomás Reñones dio un golpe en la boca de un miembro del cuerpo técnico del Villarreal”.
¿No les encanta el aroma a testosterona en la madrugada? Era realmente el lunes por la mañana para entonces —otra de las idiosincrasias de España, donde, debido al calor insoportable, los partidos que arrancan a las 10 p.m. hora local, a menudo tienen su desenlace al día siguiente cuando el reloj ya pasó la medianoche.
A fin de cuentas, el Atleti se ha convertido en el boleto “imprescindible" y el Wanda Metropolitano vibraba el domingo por la noche, con 27,000 hinchas (debido a las restricciones por la pandemia) haciendo una imitación aceptable de un lleno de 60,000 personas.
El Atleti ha producido futbol imponente esta temporada: Ángel Correa no deja de anotar o crear oportunidades de gol, Thomas Lemar es un rayo embotellado por el costado, las estadísticas de Koke no tienen par en el mediocampo. Y podría seguir. Al centro de todo está el Hombre de Negro, el imitador de Johnny Cash, Diego Simeone.
En estas fechas el año pasado, elegí al Atleti para ganar el título y ellos cumplieron. No fue una predicción sin inquietudes ya que, en años recientes, Simeone había dejado que su enfoque divagara de “ganar a toda costa” a “competir por el dinero de la Champions League a toda costa”. Sufrió de aquello que hundió al Arsenal en los últimos años de la gestión de Arsene Wenger: la idea que asegurar resultados de top-cuatro y buscar el dinero de UEFA era el camino a la alegría, y que las finanzas estables del club y contratos más grandes eran más vitales que competir, de plano, para levantar el trofeo. Pero Simeone obviamente adora el estado de su equipo: sus talentos, la mentalidad, su hambre.
Fue extraordinariamente locuaz este verano sobre lo absolutamente esencial que fue añadir a Rodrigo De Paul a su escuadra, y el internacional argentino luego debutó en casa ante Elche con dos pases que hubiesen enorgullecido a Tom Brady. Está claro que De Paul puede desbloquear defensas esta campaña.
Más allá de eso, Simeone ve, con ojos de lobo claros y hambrientos, cómo son las cosas en Barcelona y Madrid. Ambos rivales liquidaron sus activos, ninguno completamente feliz con su resultado en el mercado de transferencias. Ambos vulnerables.
El grupo de la Champions League del Atleti es pura locura también: combinados, los cuatro equipos (Liverpool, Porto, AC Milan y los rojiblancos) suman 22 apariciones tan solo en finales de esta competición. Atleti es el único que no ha ganado la ‘Orejona’. Aún.
Si superan ese grupo, entonces ¿quién sabe? Pero la victoria doméstica, y un primer doblete está en juego desde que Harry Truman (EE.UU.), Sir Winston Churchill (Inglaterra), Joseph Stalin (Unión Soviética) y el General Franco (España) estuvieron en poder simultáneamente.
Del Atleti, esperen muchas noches con futbol a todo o nada, sin limitaciones, toda la temporada.