<
>

Depay, el único que se salva de un Barcelona decepcionante

play
Barcelona, con un golazo de Depay, rescató un punto en su visita a Bilbao (2:06)

Athletic lo ganaba con gol de Iñigo Martínez, pero el neerlandés logró la igualdad en una gran definición. Fue por la segunda fecha de La Liga. (2:06)

BARCELONA -- Memphis Depay desmiente, aunque sea en parte, la afirmación generalizada del horroroso mercado de fichajes del Barcelona este verano. Desoyendo ofertas mejores (de la Juventus sin ir más lejos) y aceptando una segunda y sorprendente propuesta a la baja de la nueva directiva de Joan Laporta, el delantero holandés cumplió su deseo de fichar por el Barça sin fijar el salario como punto principal.

Notable en su estreno oficial ante la Real Sociedad, ya ha rescatado a un Barça entre frío y decepcionante contra Athletic y Getafe. Alejado de la sensación depresiva que sigue atenazando al club, no duda en ponerse al equipo a la espalda cuando más lo necesita y personaliza un punto de brillantez en la oscuridad. El Barça acaba los partidos pidiendo la hora... Y no ve la hora en que sus jugadores acompañen al nuevo crack, que no ha necesitado ni tres partidos para mostrar credenciales.

Mientras Georginio Wijnaldum no quiso ni plantearse una duda en cuanto el PSG le puso sobre la mesa una oferta económica superior, Memphis mantuvo firme su apuesta. Y apenas tres partidos de competición oficial le bastaron para ganarse el favor de una afición necesitada de ídolos a los que entregarse tras la marcha de Leo Messi.

"No tuve tiempo ni de conocerle" aseguró hace pocos días el ex jugador del Olympique de Lyon, de quien este domingo en el Camp Nou se multiplicaron los elogios, al referirse al astro argentino con quien Ronald Koeman confiaba formar una pareja de primer nivel. Y es que esperando a Griezmann, el Barça ya descubrió a un jugador llamado a marcar diferencias y, en caso de necesidad, rescatar al equipo en los peores momentos como tantas, y tantas, veces hizo Messi en el pasado.

A este nuevo Barça le cuesta arrancar y, de momento, sufre más que disfruta en el terreno de juego. Mezcló buenas sensaciones con apagones preocupantes contra la Real Sociedad, padeció, y no poco, en San Mamés ante el Athletic y volvió a quedarse lejos de lo esperado frente al Getafe, al que ganó con no pocos problemas y evidenciando una falta de continuidad en su juego altamente preocupante.

Entre todo ello emerge la figura de Memphis Depay con una contundencia soberbia... Y que muestra que la tantas veces argumentada necesidad de adaptación es, para los cracks, poco menos que un engaño. A él, llegado a un equipo sin referente y atrapado en la necesidad, no le ha bastado nada de eso. Se destacó, sin gol pero con una asistencia, en el estreno liguero y a partir de ahí, en los dos siguientes partidos ya ha tomado el papel de salvador.

¿Problemas? Memphis al rescate. Lo que tantas veces hizo el 10 en los últimos años lo ha repetido el nuevo 9 en dos partidos consecutivos. Cuando más sufría el Barça en San Mamés se sacó de la chistera un golazo; cuando más perdido se mostraba ante el Getafe repitió con otro golazo. Y quedó la sensación de que, de ser necesario, habría vuelto a desatascar o rescatar a este equipo que suma con padecimiento y sin fútbol.

La segunda mitad azulgrana fue poco menos que desoladora. Pitos a Griezmann, pitos a Emerson (que en apenas una titularidad ya quedó marcado como en su día Junior Firpo), desconfianza con Braithwaite, pesar con Sergi Roberto, goleador de entrada y desaparecido después... Un juego sin ton ni son que muestra las costuras de un equipo necesitado de autoconfianza y que acabó pidiendo la hora frente a un rival, no hay que engañarse, de segundo orden.

En dos semanas el Barça recibirá en su estreno de Champions League al Bayern Múnich y no parece que esté en disposición de vengar la humillación de Lisboa. Al contrario, las sensaciones son más pesimistas que otra cosa... Aunque siempre tendrá la ocasión de agarrarse a Memphis Depay. Un futbolista que se basta para mantener, aunque sea mínimamente, la esperanza.

El barcelonismo tienen síntomas de esperanza en el futuro que personalizan Nico y Gavi, hay confianza en Mingueza y entrega con De Jong o Pedri. Se espera a Ansu... Y se agarra, mientras, a la estrella de Memphis. Pero necesita más. Mucho más.