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Una Alemania frágil en defensa le ganó con lo justo a Grecia

Una Alemania sorprendentemente frágil en defensa tuvo que trabajar de más para dar vuelta el partido y derrotar por 2-1 a Grecia en su último amistoso antes de la Eurocopa 2024, disputado en el estadio Borussia-Park, en la localidad germana de Monchengladbach.

Una fantástica doble atajada de Manuel Neuer a los 6 minutos, ante un Christos Tzolis que definió a quemarropas desde el centro del área, preanunció los problemas que iban a tener los locales. Porque el revolcón del portero fue consecuencia de una pérdida de sus compañeros en la salida.

A un andar cansino, los germanos le sumaron salidas en falso desde el fondo, pérdidas en zonas peligrosas y endeblez en la última línea.

En una de esas acciones, Grecia llegó a la apertura del marcador. Pérdida de pelota de Alemania atrás, disparo desde afuera del área y el propio Neuer, que hasta ahí era la figura de la cancha, tuvo una floja respuesta, dio rebote y Georgios Masouras aprovechó.

Los germanos lucían empastados y Grecia, una Selección que no clasificó a la Euro, se le animaba cada vez más. Neuer se redimió en un par de ocasiones y solamente por eso el encuentro llegó al entretiempo 1-0.

La segunda parte fue otra historia.

Porque Alemania mostró una actitud diferente. Más allá de que nunca encontró la fluidez en la posesión, a puro empuje fue encerrando a los griegos contra su propio arco.

Así, llegó el empate a los 56 de la mano de Kei Havertz, que aprovechó una asistencia de Leroy Sane para equilibrar las cosas.

De allí en más, Grecia se dedicó a intentar defender el empate, más allá de lanzar algún contraataque que no rindió frutos.

Casi lo logra pero, cuando faltaba un minuto para el final, Pascal Gross metió un gol de otro partido, con una volea espectacular desde la medialuna.

El público festejó la victoria, sí, pero en el fondo se fue del estadio con cierta intranquilidad.