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Eurocopa: El fútbol hace justicia con España, la nueva campeona

El gol de Oyarzabal, cuando se sospechaba ya la prórroga, premió el fútbol de una selección que fue la mejor de la Eurocopa del primer al último día.


Del primer al último día. De la goleada a Croacia a la victoria sobre Inglaterra, España fue la mejor selección de la Eurocopa y conquistó el título porque lo mereció más que nadie. Más allá de sorpresas agradables, de revelaciones y frustraciones varias, la Roja de Luis de la Fuente fue en Alemania la selección con mejor fútbol.

Croacia, Italia, Alemania, Francia e Inglaterra. Siete partidos y siete victorias, lo nunca visto. Quince goles, lo nunca logrado. Y un trofeo, un título histórico conquistado entre la brillantez y el sufrimiento.

España ya tiene la cuarta. Inglaterra volvió a quedarse con la miel en los labios. Perdió su segunda final consecutiva porque España supo buscar mejor la victoria, porque la Roja, sufriendo o disfrutando, siempre tiene un plan muy determinado y ese es atacar. Y Oyarzabal, uno de sus secundarios de lujo, suplente siempre dispuesto, fue quien le dio el triunfo, el 2-1 cuando la prórroga ya acudía a la final.

Es España un equipo que necesita sentirse ágil. Además de protagonista en el juego quiere y precisa notar que manda al rival y eso le resultó complicado en esta final. Más que en cualquier otro partido del torneo pareció atenazada de entrada y le costó soltarse, dejarse ir y mostrar sus cualidades.

Inglaterra la dejó pero supo defenderse con calma, sin perder el orden, sin precipitarse y regalando una sensación falseada de que era la Roja la que mandaba realmente en el partido y todo ello condujo a una final extraña, en la que se pasaba de un juego de posición y combinación a una ida y vuelta eléctrica en que podía sospecharse de todo.

Salvó Unai Simón al borde del descanso un remate de gol a Phil Foden y acertó apenas comenzar la segunda mitad Nico Williams a marcar el 1-0 rematando un excelente servicio de Lamine Yamal, a quien por primera vez se vio fuera de la banda, con total libertad de movimientos en ataque y convertido en clave para explicar el éxito español.

Nico no disfrutó de un partido especialmente feliz y cómodo por cuanto Kyle Walker supo atarle en corto... Pero con el gol se sacó de encima cualquier fantasma, junto a todo un equipo entregado a la labor, que supo sufrir y no venirse abajo cuando Palmer empató con un excelente disparo cruzado y raso.

A la que igualó Inglaterra, retomó el peso y el protagonismo España, tal como le exigía De la Fuente a sus jugadores y tal como se fue otra vez adelante, con Lamine Yamal soltado de cualquier amarre y Marc Cucurella, valiente y sin caer en la depresión por su error táctico en el empate, para regalarle una asistencia de oro y definitiva para el gol decisivo de Mikel Oyarzabal.

Ganó España y ya tiene cuatro títulos de Europa. Al cabo de doce años en un campeonato que la tuvo como mejor protagonista en cuanto a fútbol. No podía ganar nadie más.