Italia es campeona de Europa.
Sufridora hasta el límite, entregada a una tarea titánica con un juego alegre que en poco recordó a tiempos pasados, pero igualmente atada a la leyenda de su resiliencia, a saber apretar los dientes y defender con una solvencia fuera de duda a través del liderazgo de dos legionarios eternos como son Giorgio Chiellini y Leonardo Bonucci, a quienes el futbol premió una carrera monumental.
Italia es campeona de Europa porque la fortuna estuvo de su parte en los penalties. Rompió la maldición de la segunda tanda después de que Suiza, tras superar en esa faceta a Francia, cayera ante España que, a su vez, fue superada por esta escuadra Azzurra que enlazó Semifinal y Final con victorias en la tanda definitiva.
Italia es campeona agarrada de la figura mayúscula de Gianluigi Donnarumma, guardameta extraordinario y frío hasta el límite de apenas 22 años, sucesor digno de Gianluigi Buffon en una portería que la Azzurra siempre ha sabido resguardar con grandeza.
El portero que está llamado a fichar por el PSG le rechazó un penalti decisivo a Álvaro Morata en las Semifinales y repitió por duplicado en la Final: primero a Jadon Sancho y después a Bukayo Saka para provocar el delirio de una selección sin fisuras, sin estrellas más allá de Federico Chiesa, pero con un juego colectivo rotundo y magnífico.
Italia es un rompecabezas, una incógnita que Inglaterra no supo descifrar. Por más que la fortuna le acompañase en un comienzo imprevisto, con el gol más rápido de la historia en las finales de la Eurocopa, antes de cumplirse el segundo minuto de partido, el equipo de Gareth Southgate se apagó a medida que los de Roberto Mancini suèraban el golpe inicial para convertirse en los dueños de Wembley.
La escuadra de Mancini necesitó más de 20 minutos para rehacerse tras el gol inglés y convirtió su insistencia en premio.
La resiliencia italiana fue digna de elogio desde unos Cuartos de Final en los que dio el golpe ante la favorita Bélgica, a la que fue capaz de apagar con una solvencia inesperada. Su resistencia se premió en la Semifinal ante España, el partido cumbre, quizá clave, en que entendió que el carácter alegre, desenfadado y ofensivo que le dio Mancini debía dejar paso, también, a la otra personalidad, eterna, de este equipo que hace del sufrimiento una exhibición.
Italia tuvo que llegar otra vez a los penalties cuando, probablemente, mereció ganar el título antes y se convirtió en la cuarta selección que gana la Eurocopa después de comenzar la Final abajo en el marcador. Lo hizo la Unión Soviética (URSS) en 1960 ante Yugoslavia (2-1), lo hizo Alemania ante la República Checa (2-1) en 1996 y lo sufrió la propia Italia en 2000 ante Francia, que con goles de Sylvain Wiltord y David Trezeguet dio la vuelta al inicial gol de Marco Delvecchio.
Todas aquellas finales se decidieron en la prórroga y la de la edición 2021 se marchó hasta la tanda de penalties por primera vez en la historia del torneo desde que la antigua Checoslovaquia conquistó el título hace 45 años con aquél inolvidable lanzamiento de Antonin Panenka.
En el mítico Wembley, donde Inglaterra lloró 55 años después del único trofeo de su palmarés logrado en el antiguo santuario londinense, la nueva y vieja Italia, mezclada en nombres y en carácter, alcanzó la gloria tres años después de tener que ver el Mundial de Rusia por televisión.
Un día después de que la Argentina de Leo Messi conquistó la Copa América en Maracaná ante Brasil, la Italia de Mancini conquistó Wembley, conquistó la segunda Eurocopa de su historia y lo hizo entregada a una misión en la que todos y cada uno de sus protagonistas dejaron hasta la última gota de sudor en el campo.
También, probablemente, agradeció el discurso futbolístico conservador hasta el límite de Southgate, perdedor como futbolista en la Eurocopa de 1996 y como entrenador luego de 25 años, incapaz de dar carrete a sus futbolistas diferenciales en ataque y a quienes puso en liza, bien entrada la prórroga, para que lanzasen los penalties que, al final, fallaron.
Falló Marcus Rashford tras jugar apenas los dos últimos minutos de la prórroga y a continuación Sancho, que también jugó apenas dos minutos de prórroga y a quien Donnarumma le atajó el disparo.
El poco, o nulo, atrevimiento castigó al entrenador inglés tanto como la valentía mostrada durante todo el torneo premió a Mancini.
Italia “Corazón de León” es campeona de Europa.
Gloria a los conquistadores.