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Juventus sigue en buen camino a pesar de su merecida eliminación de la Champions

La Juventus ha quedado eliminada de la Champions League. Y al hacer un balance de lo ocurrido, fue un resultado merecido. Podemos separar los episodios ocurridos en los encuentros de ida y vuelta de su cruce de octavos de final y analizarlos con lupa, intentando hacernos creer que pudo haber terminado de otra forma: los Bianconeri obsequiaron dos goles al Porto en la ida, golpearon el travesaño en par de ocasiones en el encuentro del martes; y quizás, si Álvaro Morata, Adrien Rabiot y Cristiano Ronaldo hubiesen mostrado un poco más de concentración y coraje cuando Sérgio Oliveira cobró un tiro libre en la prórroga, no estuviesen leyendo esta columna (al menos, no en marzo). Por el contrario, los tres saltaron y voltearon al mismo tiempo, permitiendo que el balón se escurriera por debajo de la muralla, rodando por una esquina del arco escoltado por Wojciech Szczesny.

Tal como lo apuntó Fabio Capello en su conversación con el DT Andrea Pirlo en la transmisión postpartido de la cadena Sky Italia: "Yo jamás permitiría a mis jugadores que hicieran eso". Frase a la que Pirlo respondió tímidamente: "Claro que fue un error. Nunca los había visto hacer eso".

No se engañen con ese error puntual: ésta sigue siendo una eliminación totalmente merecida. La Juventus mostró un fútbol muy pobre durante los 90 minutos jugados en Oporto; y en el primer tiempo del cotejo del martes en su cancha de Turín. Tal como lo confesó el defensor Matthijs De Ligt: "Empezamos a jugar demasiado tarde". Efectivamente. Y eso ocurrió jugando la mayor parte del encuentro contra 10 rivales, luego que el colegiado sancionase al artillero del Porto Mehdi Taremi con una tarjeta roja al inicio de la segunda mitad.

Cuando la Juventus comenzó a jugar, creo múltiples oportunidades. Y lo hizo con energía y entusiasmo. Muchos se hacen la interrogante de qué se requiere para que los actuales campeones de Italia muestren ese mismo nivel de forma consistente, y si acaso Pirlo es capaz de llevarlos al próximo nivel. Ya hablaremos sobre ello, pero primero necesitamos volar en pedazos algunos mitos y clichés que han formado parte de la "Juvesfera" (lo que significa que algunos hinchas y expertos, e incluso algunos ejecutivos del club, han manoseado dichas creencias en años recientes; a pesar de que ya no tienen lugar si desean ser un equipo adulto en 2021).

Comencemos con la máxima que dice que "no existen los años de transición en la Juventus", seguida por su prima de estrecho parentesco, que reza "ganar no es importante… es lo único que importa".

La última, obviamente, es una frase atribuida al legendario entrenador de los Green Bay Packers Vince Lombardi ("Ganar no lo es todo, es lo único"); quien a su vez habría tomado inspiración, presuntamente, de Red Sanders, también entrenador de fútbol americano de la UCLA. Ha sido repetida por el expresidente de la Juventus (y leyenda del club) Giampiero Boniperti en numerosas ocasiones. Suena bien como frase motivacional, o para inscribir en la camiseta del equipo (tal como hizo la Juventus en 2013). Pero si la analizamos, suena tan necia y pueril como la primera frase, la misma que dice que los triunfos son tan importantes en la Juve que nunca pueden tener una temporada de transición.

La última, obviamente, es una frase atribuida al legendario entrenador de los Green Bay Packers Vince Lombardi ("Ganar no lo es todo, es lo único"); quien a su vez habría tomado inspiración, presuntamente, de Red Sanders, también entrenador de fútbol americano de la UCLA. Ha sido repetida por el expresidente de la Juventus (y leyenda del club) Giampiero Boniperti en numerosas ocasiones. Suena bien como frase motivacional, o para inscribir en la camiseta del equipo (tal como hizo la Juventus en 2013). Pero si la analizamos, suena tan necia y pueril como la primera frase, la misma que dice que los triunfos son tan importantes en la Juve que nunca pueden tener una temporada de transición.

Pirlo lo afirmó prácticamente de forma literal después del partido: "Hemos emprendido un nuevo proyecto, que cubre muchos aspectos del club en 360 grados; y que no es cuestión de una sola temporada, sino de muchas".

Otra máxima ("Cristiano Ronaldo fue fichado para ganar la Champions") se encuentra estrechamente vinculada con ello. Nuevamente, de cierta forma se trata de un ejercicio de expresión de lo obvio: cualquier jugador que ficha por la Juve tiene intenciones de ganar la Champions League, porque esa es la competición que buscan ganar año tras año. Sin embargo, la creencia tiene inherente una verdad fundamental. La Juventus comprometió la bicoca de $375 millones en el pase y el cuantioso salario de Cristiano, con la esperanza de que el astro portugués fuera la pieza que completara el rompecabezas.

Eso era indudablemente cierto en 2018, cuando Ronaldo llegó al club proveniente del Real Madrid. Con la finalidad de rodearle del mejor elenco posible, la Juventus hizo fuertes inversiones durante las dos campañas siguientes, tanto en transferencias (superando los $200 millones para hacerse con De Ligt, el zaguero Joao Cancelo, el delantero Douglas Costa, aparte de recuperar la presencia del defensor Leonardo Bonucci), aparte de pagar cuantiosas sumas para contratar agentes libres (los volantes Emre Can, Aaron Ramsey y Rabiot).

Pero eso era entonces. En algún momento, los ejecutivos del club se dieron cuenta de que no podían seguir duplicando la apuesta todos los años, tirando de chequera para invertir en los actores secundarios de Cristiano. Como es obvio, la pandemia del coronavirus tampoco ayudó a mejorar la situación; aparte del hecho que la Vecchia Signora ha terminado los últimos tres ejercicios fiscales arrojando pérdidas, culminando con una cifra roja cercana a $100 millones para la temporada 2019-20.

Sin embargo, no todo ha sido una cuestión meramente financiera. Este verano volvieron a hacer grandes fichajes, aunque esta vez optaron por buscar futbolistas mas jóvenes con potencial a largo plazo. Y de forma crucial, llegaron a la conclusión que tenían que cambiar su mentalidad y estilo de juego, si deseaban tener éxito en Europa.

Con la excepción del Atlético de Madrid y el "Vudú del Cholo" Diego Simeone, prácticamente la totalidad del resto de los clubes que llegaban lejos en competiciones europeas lo logró con un fútbol de propuesta, siendo valerosos y progresistas, avanzando sin temor hacia el arco contrario. Y para ser justos, no es que súbitamente se dieron cuenta de ello el verano pasado.

El ex DT Max Allegri lo entendió cuando le exigió a su ataque "cinco estrellas" (conformado por Paulo Dybala, Juan Guillermo Cuadrado y Mario Mandzukic, amplificado por Miralem Pjanic y Gonzalo Higuaín en la campaña 2016-17) que subiera constantemente por la cancha; y cuando la Juve confirió la dirección técnica a Maurizio Sarri en 2019, lo hizo con la intención de replicar el estilo "Sarriball" de alto poder y propuesta que vimos en su paso por el Napoli. Sin embargo, ninguno de ellos pudo lograrlo y, con excesiva frecuencia, daban un paso atrás para volver a lo que conocían: mucho amarre y repliegue, líneas férreas a la zaga y esperar que Cristiano (u otro jugador) hiciera alguna genialidad en el tercio final. Conseguir que una plantilla repleta de veteranos, que ha disfrutado de éxitos tremendos (no sólo a nivel de Serie A; no podemos olvidar las dos finales de Champions League) jugando con una filosofía decididamente más conservadora, adoptara una mentalidad distinta, siempre iba a representar un reto enorme.

Todo ello motivó la contratación de Pirlo, junto con la reconstrucción que vimos durante el verano (la cual, por cierto, también fue asumida por Cristiano). Claro que, en un mundo perfecto, el fútbol que le gustaría jugar a Pirlo probablemente funcionaría mejor sin la presencia de Ronaldo (o, siendo más precisos, con la presencia de una versión más joven del superastro). No obstante, Cristiano es indudablemente más feliz con una mayor presencia de jugadores a su alrededor, operando dentro de un equipo con mentalidad más propositiva; y probablemente no sea coincidencia que, a pesar del mal nivel mostrado por el luso en la noche del martes, actualmente disfruta de la que ha sido hasta ahora su mejor campaña con el uniforme de la Juve, aparte de seguir siendo incondicional partidario de la causa de Pirlo en todo momento.

Entonces, ¿por qué no ha funcionado?

Para empezar, vale la pena resaltar que no es cierto que la Juventus haya experimentado retrocesos en Europa en años recientes. Fue eliminada por el Lyon en octavos de final de la edición 2019-20, y de no haber sido por una actuación sobrehumana de Cristiano en la vuelta de su cruce contra el Atleti, también se habría despedido del torneo en octavos de final en su siguiente edición (de hecho, fue el Ajax quien terminó despachando a la Juve en cuartos de final).

Desde el inicio, Pirlo ha tardado en conseguir el equilibrio preciso en el ataque, aparte de la mejor forma de aprovechar los talentos de Kulusevski y Chiesa, mientras sigue lidiando con la prolongada ausencia de Dybala. A la zaga, los movimientos defensivos aún no son los que deberían ser, mientras la Juve se adapta a jugar más arriba. Pero el problema principal se encuentra en el mediocampo, donde la ausencia de un creador natural representa una pesada carga. Arthur cuenta con la personalidad, más no con la creatividad, para asumir dicho rol. Rabiot y Ramsey oscilan entre frio y calor, mientras que el uruguayo Rodrigo Bentancur ha retrocedido su nivel.

Entonces, ¿debería Pirlo hacer más con lo que tiene a su disposición? Probablemente sí, pero también debemos recordar que ésta es su primera temporada en el banquillo. Dicho lo anterior, no es secreto para nadie que, si las prioridades son la juventud, la intensidad, el fútbol de ataque y la valentía; no vimos ninguno de esos elementos en el partido de ida ni hasta después del descanso en la vuelta.

¿Cuenta Pirlo con el carisma, el ingenio táctico y la personalidad para hacer más y convertirse en técnico de primer nivel? Solo el tiempo lo dirá. Sin embargo, lo que no debería ponerse en duda es que la Juve se ha comprometido en avanzar hacia una dirección determinada, una que les ayude a asimilarse con lo que ocurre dentro de otros grandes clubes en Europa. (Una dirección que incluye exigir a sus jóvenes, algo que nunca solía ocurrir dentro del club: ¿acaso habríamos visto a los canteranos Gianluca Frabotta, Manolo Portanova, Alessandro Di Pardo, Radu Dragusin y Nicolo Fiagioli en XI titulares de la Juve en temporadas anteriores? Solo pensarlo ...)

Por supuesto que, en algún momento, en Turín deberán llegar a la conclusión de que Pirlo no es el hombre correcto para liderar la plantilla. Pero si deciden cambiar de técnico, lo harán por alguien con ideas muy similares a él; porque esa es la dirección que ha asumido el club. Y al menos por los momentos, no hay marcha atrás.