Envuelto en la frustración de un equipo destinado a decir adiós a la FA Cup, y con ello a todas las competiciones paralelas a la Premier League, Diego Costa del Chelsea, no acabó el juego tras ver la tarjeta roja al minuto 84, momento en que los Blues perdían por 2-0 ante el Everton y buscaban un milagro.
Costa ya estaba amonestado desde el minuto 11 y su salida abrupta del encuentro quedó sentenciada por una agresión sobre Gareth Barry, a quien primero impactó con el pecho, después le aproximó la cabeza en dos ocasiones y dio la impresión de intentar morderlo en el cuello. Al final, Costa se mostró resignado y abrazó al inglés, quien nunca se enganchó en el forcejeo.
Inmediatamente después del altercado, el árbitro Oliver se acercó para mostrarle al delantero español su segunda amarilla, lo cual desató aún más rabia de Costa, quien también fue señalado por reportes de prensa por escupir a los pies del silbante.
Barry también resultó amonestado en la jugada y tres minutos después fue echado por una falta sobre Cesc Fábregas cerca del mediocampo.
La actitud de Costa fue gravemente criticada en las reacciones inmediatas de redes sociales, donde aún se trata de descifrar si trató de morder a Barry o sólo fue un gesto de frustración en el ocaso de una temporada para el olvido en la casa del Chelsea.