En la Premier League no dejaron pasar la oportunidad de homenajear el #DíaInternacionaDelBeso, y es que durante el Burnley-Cardiff City, el delantero Ashley Barnes besó dos veces la nariz de Joe Bennett durante un conato de bronca.
Cerca del final del primer tiempo ambos jugadores se enfrentaron cara a cara, pero la curiosa situación bajó los decibeles, aunque para el árbitro Mile Dean el beso fue digno de una tarjeta amarilla.