Es imposible no emocionarse con el título del Liverpool. Es su primero en un formato que tiene vigencia de casi 30 años, pero al mismo tiempo estamos hablando del segundo equipo más ganador de Ligas en la historia del futbol inglés. Vaya paradoja.
Es decir, hay quien podría pensar que los Reds venían hacían haciendo las cosas mal desde hace tres décadas, lo cual no es necesariamente cierto. Mejor dicho, no lo habían hecho lo suficientemente bien como para alzar el trofeo. Y en muchos casos lo habían hecho bien… pero algo sucedía en el camino que la euforia se desataba en otro patio.
El resbalón de Gerrard en aquel partido ante el Chelsea en la campaña 2013-14 es una muestra de que el futbol no es una ciencia exacta aunque muchos actúan y opinan como si así fuera. Porque aquel equipo Red dirigido por Brendan Rodgers, con Philippe Coutinho, Luis Suarez, Raheem Sterling y el propio Stevie-G tenía todo para ganar la Liga y terminó cediendo el liderato al City de Pellegrini en la penúltima jornada.
O qué me dicen de lo que pasó apenas la temporada pasada, la 2018-19, con la versión más explosiva del tridente Firmino-Mané-Salah, y que inexplicablemente dejó ir otra cómoda ventaja de puntos para ceder nuevamente ante el equipo ciudadano, ahora de Pep Guardiola, en el último partido.
En esta ocasión no hubo drama ni tragedia… aunque ganar un título sin gente en la tribuna después de tanta espera podría interpretarse como un karma para la afición del Liverpool. Como sea, el equipo de Klopp fue el rey indiscutible, campeón con siete jornadas de anticipación, y ahora recibirá el pasillo de honor, ya como monarca, en su próximo partido de Liga… curiosamente también contra el Manchester City.
¿Qué se necesita para acabar una sequía de esa dimensión? Primero, un buen proyecto. Darle las llaves del coche a la persona indicada. Luego, elegir a los jugadores indicados según el presupuesto que se tiene. Y después, paciencia a pesar de las derrotas porque ninguna victoria llega por arte de magia.
El Liverpool creyó en la visión y el proyecto de Klopp, que comenzó con una alineación que hoy luce de otra época, hasta de otra franquicia. El primer XI del alemán fue: Mignolet, Clyne, Skrtel, Sakho, Moreno, Leiva, Can, Milner, Lallana, Coutinho y Origi. Salvo un par de piezas hoy relevadas al banquillo, no queda nada de esa formación inicial que presentó Klopp en octubre de 2015 contra el Tottenham.
El Liverpool completó el ciclo perfecto. De esperpento de media tabla a campeones de Europa e Inglaterra. El mejor equipo del mundo. La historia de los Reds demuestra que ninguna maldición es para siempre… si se va por el camino correcto.