Nada es casual: el estadio de Newell’s se llama Marcelo Bielsa. Ese dato muestra el amor incondicional que la gente leprosa tiene para con el entrenador surgido de las Inferiores del club.
Un personaje muy especial como el Loco se ganó a los hinchas hace mucho tiempo y de una manera especial, ya que como jugador su carrera fue particularmente corta. Debutó en febrero de 1976 ante River, luego se lesionó y tras cortos pasos por Instituto de Córdoba y Argentino de Rosario, se retiró del fútbol en 1980.
Pero Newell’s siempre estuvo cerca. En 1982 comenzó a trabajar en las divisiones menores del club, donde ya se destacaba por su particularidad personalidad, la forma de trabajo y la obsesión por el juego y por la búsqueda de talentos para potenciar a las inferiores.
José Yudica salió campeón con la Primera en el campeonato de 1987/1988 y Bielsa, a cargo de la Reserva, también ganaría el título esa temporada. Por eso no pasó mucho tiempo para que la dirigencia le echara el ojo y le ofreciera tomar el plantel profesional, al que llegó a mediados de 1990. Enseguida iba a ganar el Clausura de ese año y luego sería campeón en la final ante Boca del Campeonato de Primera División 1990/1991. El famoso "Newell's, carajo". "Un Loco descontrolado, leproso de corazón, estaba cumpliendo un sueño, con la Lepra salir campeón", reza la canción que, con la melodía de El Viejo de la Vela Puerca, le dedicó la hinchada a Marcelo.
Su pasión por el club iba de la mano con su pasión por el fútbol. Amante de la táctica, de los videos, de un estilo de juego vertical y dueño de una mentalidad ofensiva que les trasmitió siempre a sus jugadores y luego se haría escuela, el Loco comenzó a ganarse un lugar entre los ídolos leprosos.
En el club marcó una época y un estilo. No es casualidad que muchos de sus dirigidos hoy sean entrenadores reconocidos en todo el mundo. Mauricio Pochettino, Eduardo Berizzo, Juan Manuel Llop, Gerardo Martino y Fernando Gamboa son algunos casos para mencionar. "Marcelo creó esta apertura para que yo aprendiera y entendiera por qué suceden ciertas cosas en el juego", dijo alguna vez Marcelo Gallardo, que lo tuvo como DT en la Selección Argentina.
“Aprendí mucho y crecí de la mano de Bielsa. Para mí es una gran referencia, me ayudó en todo sentido en mi carrera como defensor. Más tarde trabajé con él en la selección de Chile y me formé como entrenador”, reconoció Berizzo de pasos por las Selecciones de Chile y Paraguay.
“Como jugador estuve dos años y medio con él. Teníamos un equipo con mucha intensidad, siempre pensando en el arco de enfrente, y contábamos con muchas jugadas preparadas. Hay cosas de esos tiempos que todavía se entrenan ahora. Bielsa era un adelantado”, afirmó Llop.
Más allá de los títulos logrados en el club (Campeonato de Primera División de 1990/1991 y el Clausura 1992) y la final perdida en Sao Paulo en 1992 por la Copa Libertadores, el Loco dejó un legado que trasciende el tiempo.
Tanto que en 2009, el Coloso del Parque pasó a ser llamado de manera oficial Estadio Marcelo Bielsa. El Loco resumió a la perfección, fiel a su estilo, semejante halago: “Entiendo que es desmedido este reconocimiento y acaso no es del todo justo, pero el mensaje es de afecto y amor, y uno a esas cosas nunca se resiste. Es un momento que no voy a olvidar nunca. Esto excede toda posibilidad de retribución, porque hay cosas que no pueden retribuirse”.
La donación de Marcelo Bielsa a Newell’s
El Loco le otorgó 2.5 millones de dólares para la construcción de un hotel en el predio de Bella Vista, donde se entrenan el plantel profesional y las inferiores. La inspección de esta gran obra estuvo a cargo de María Eugenia Bielsa, su hermana, por lo que se sabe que el Loco estuvo atento al paso a paso.
"Del club que me formó recibí más de lo que entrego. Lo mío es más una devolución que otra cosa. Las instalaciones son las que permiten una mejor preparación", comentó Bielsa cuando fue consultado por las razones que lo llevaron a donarle una cifra tan elevada a Newell’s.
El hotel de cinco plantas se llama Jorge Bernardo Griffa, otro prócer leproso, y cuenta con más de 2000 metros cuadrados. La obra se inició allá por 2014 y es utilizada desde hace más de siete años por los planteles del conjunto rosarino. Fue diseñado pensado directamente para el uso deportivo. Cuenta con sala de videos, vestuarios, un auditorio, una terraza con parrillas, una sala de juegos, oficina para entrenadores y hasta un estacionamiento en el que cabe un micro de larga distancia para llevar a los jugadores.
