Alejandro 'Papu' Gómez volverá a jugar al fútbol y lo hará en el Padova, equipo italiano que milita en la Segunda División del Calcio.
En las últimas horas, el volante argentino, de 37 años, llegó a un acuerdo total con Padova, por un contrato de dos años más otro opcional: el entendimiento entre las partes es total, según Matteo Moretto, corresponsal de ESPN en Europa.
El reconocido “Papu”, campeón del Mundo con la Selección Argentina en Qatar 2022, volverá a jugar un partido oficial a partir del 20 de octubre, cuando expire la sanción por doping, pero podrá entrenarse con sus compañeros. Tenía varias ofertas, sobre todo de Italia, pero eligió el Padova del ex director deportivo del Milan, Massimo Mirabelli.
Hasta entonces, Gómez no podía jugar debido a la suspensión por dóping, que no pudo recortar pese a sucesivas apelaciones. El control positivo fue en octubre de 2022, cuando jugaba en el Sevilla.
"Pasé de ser campeón del mundo a que no me llame nadie, desaparecer del medio o no jugar más. Hay que saber convivir con eso", aseguró "Papu", hace unos meses, en una entrevista.
Un caso de doping que marcó su carrera
“El primer año fue complicado porque no podía hacer nada. No me permitían entrenarme con el equipo, no podía entrar a la Ciudad Deportiva del Monza. Entonces tenía que entrenarme solo. No podía hacer el curso de entrenador, como tenía tiempo me quise poner a entrenar o hacer algo. Cuando te suspenden, te suspenden de todas las actividades deportivas”, comentó.
"En España no hay doping después de los partidos, como en la Champions, en Italia y otras ligas. Entonces, yo llegué a la madrugada de Sevilla y me fui a dormir. Generalmente, yo me tomo una pastilla después de todos los partidos porque me cuesta mucho dormir. Me agarra un ataque de tos a mitad de la noche y le pido a mi mujer que me dé un jarabe para la tos. Y estaba el del nene más chico, de Milo. Me da una tacita chiquitita de jarabe para la tos”, relató sobre el caso, previo al Mundial de Qatar 2022, tras el encuentro Sevilla y Real Madrid.
“Al otro día me voy a entrenar y había doping sorpresa. Salieron sorteados 15 y, cuando hago el control antidoping, el doctor siempre pregunta si tomaste algo que ellos tenían que declarar. Yo me olvidé que había tomado el jarabe. Entonces le digo 'sí, algún inflamatorio, pastillas para dormir y proteína'. No le informé del jarabe, si yo le decía no pasaba nada. Pasa el tiempo y me llega por email, dos días antes de la final del Mundial con Francia, que había dado positivo. Fue un baldazo de agua fría. En la final de un Mundial, que te llegue una noticia así es horrible. Esos dos días estuve muy mal, estuve con fiebre. No sé si fue por la noticia o qué. Mientras festejaba estaba con la cabeza puesta en qué iba a pasar. Les conté a los compañeros después de la final", explicó.
El extrovertido mediocampista fue suspendido por “negligencia grave” tras haber consumido terbutalina, una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). El jugador tuvo como estrategia apuntar a que fue “una ingesta inconsciente inducida por un error de la mujer del deportista”. Sin embargo, el expediente del Comité Sancionador no lo consideró y solventó su decisión en la falta de previsión del volante ofensivo.