En charla exclusiva con ESPN, Brizio señaló que todo lo que hizo al frente de los silbantes fue "con integridad, con honradez y con mucho trabajo”

MÉXICO -- Unas horas después de hacer oficial su renuncia a la Comisión de Árbitros, Arturo Brizio se confiesa con ESPN y afirma que nunca ha estado satisfecho con todo lo que ha hecho en su vida y en este caso piensa que su gestión de cinco años en el organismo mencionado “no fue perfecta ni mucho menos”.

Sin embargo, Arturo Brizio señala que en su administración se hicieron cosas muy interesantes, como el dejar una estructura bastante sólida, reflejada en la instalación del VAR, en el impulso que se les dio a las árbitras, el debut de muchos jóvenes silbantes, al margen de considerar que “todo lo que hice siempre fue con integridad, con honradez y con mucho trabajo”.

Ante la polémica creada por designaciones de silbantes en determinados partidos, sobre todo en decisivos como en la final del Clausura 2022 disputada entre Atlas y Pachuca, manifestó Arturo Brizio que “nunca hubo una designación, un gafete, una baja, un cese que no pasara y saliera exclusivamente de mi escritorio. Esto no lo digo a título de fe; simplemente, apelo a la gente que me conoce y sabe que yo no permitiría una presión que fuera en desdoro de la institución o de mi investidura”.

Y para quienes ponen en duda la honradez del arbitraje que le tocó al Atlas, mencionó que “secreto de más de uno ya no es secreto, y en el mundo del futbol, todo mundo se saluda, todo mundo somos hermanos, pero todo mundo quiere ganar, y ante la más mínima duda, ¿usted cree que los jerarcas y los millonarios dueños del balón no hubieran dicho ya algo?”.

Para Arturo Brizio, “esa teoría de la conspiración donde desde la Comisión de Árbitros o de la oficina central de la federación (Federación Mexicana de Futbol) se hacen o se deshacen campeones es una total falta de respeto a la industria; supongamos que así fuera, que un equipo sea campeón así, ¿qué los otros 17 equipos no pintan, no juegan o no dicen nada? Es absurdo e irrespetuoso el estarle faltando así al deportivismo”.

Considera Arturo Brizio que sí hubo errores que por circunstancias se presentaron, “pero pensar que el monopolio del error en el futbol mexicano es exclusivamente del arbitraje y estar descalificando sistemáticamente al juez es un atentado a la industria, y creo que no se vale, pero es parte de nuestra idiosincrasia, de nuestro show en la actualidad, hablar, hablar y hablar del arbitraje”.

Arturo Brizio reiteró que siempre actuó “con el mando y el arbitrio de la buena fe”, además de que en su mandato “trabajé con los árbitros como eduqué a mis hijos: con amor y rigor” y que en todas empresa del mundo “o hace su trabajo al 100 o tiene sus consecuencias. Siempre fui rígido y hablé de frente; siempre fue frontal. Si alguien se queja de eso, qué pena; ojalá que encuentren alguien que los chiquee (risas)”.

Sobre el candidato a ocupar la silla que deja, Armando Archundia, manifestó que no es su amigo, pues no lo fueron como árbitros, más allá de la diferencia de edad, pero “me parece que, quizá, sea una buena decisión”.

LE HUBIERA GUSTADO VER PITAR A UNA DAMA EN LA LIGA MX

Abogado de profesión, actividad a la que –asegura- se dedicará si no le sale un trabajo en el arbitraje o en el futbol en el arranque del siguiente torneo Apertura 2022, añadió Arturo Brizio que un pendiente que le quedó fue “ver a una dama dirigir en la Liga MX” y aseguró que no es un capricho, sino una preparación estructurada que se ha venido haciendo de años atrás, al cual han respondido impecablemente no una, sino varias más silbantes.

“Algunas ya están para pitar en Liga de Expansión y en un futuro pitar en la Liga MX, pero seguramente lo veré desde las tribunas pronto y me dará mucho orgullo que estas damas logren sus sueños”.

Por último, comentó que México no cuenta con un Instructor FIFA, que hay mexicanos muy buenos, pero no se han acercado a la FMF a buscar la forma de ser certificados. Recalcó que algo bueno es que ya se cuenta con un Instructor FIFA mexicano, en la persona de Miguel Ángel Chacón.