Judith Ramos y su mamá encontraron las entradas para el juego en un centro comercial de Guadalajara, pero los entregaron a sus dueños horas antes del partido
La noche del viernes 26 de mayo la señora Judith Ramos y su mamá, salieron de un casino ubicado en Plaza Andares, centro comercial en el poniente de Guadalajara, cuando de repente encontraron en una de las bancas del establecimiento un par de boletos para la Final de vuelta entre Chivas y Tigres en el Estadio Akron.
La señora Judith de inmediato preguntó a una pareja de jóvenes que se encontraban sentados en el mismo lugar si los boletos no eran de ellos, sin obtener una respuesta positiva.
Sin saber qué hacer, Judith Ramos decidió esperar casi una hora en la banca, para ver si los dueños de los boletos regresaban al sitio, sin embargo, por la hora, la plaza comercial tenía que cerrar sus puertas.
Judith tenía claro que esos boletos debían regresar a su dueño, aunque estaba consciente que encontrar a los afortunados aficionados iba a ser una tarea complicada. De camino a casa, recurrió a su esposo y a su hija, Yuyi Moyano para que la ayudaran a encontrar al propietario de los boletos para el partido.
"Mi mamá nos habló desesperadamente, porque no sabía qué hacer para encontrar al dueño de las entradas. Ella dudó de traérselos a la casa porque no se sentía cómoda, sin embargo, mi papá la convenció de resguardarlos mientras dábamos con el dueño. De inmediato le dije a mi mamá que me pasara fotos de los boletos para publicarlos en Facebook" relato Yuyi Moyano en entrevista con ESPN.
Aunque su mamá no estaba del todo convencida, Yuyi publicó la imagen de los boletos en redes sociales. De inmediato recibió cientos de mensajes vía Messenger de personas haciéndose pasar por supuestos dueños, lo que estas personas no sabían, era que los boletos tenían una peculiaridad.
"Yo sabía que un boleto para Chivas vs Tigres, cuesta más que uno para el concierto de Luis Miguel. Me llegaron a ofrecer 80 mil pesos por los dos boletos. Cientos de dueños ficticios me contactaron, pero era muy fácil saber quién era el verdadero, ya que el propietario de ellos los iba a conocer porque eran cortesías".
Entre el sábado 27 y domingo 28 a escasas horas antes del encuentro, Yuyi esperó que el dueño de las entradas la contactara. Sin obtener una respuesta favorable, pidió ayuda a otras amigas, quienes también publicaron en grupos de Facebook. Una de ellas recibió el mensaje que tanto habían esperado.
"Sinceramente yo no me iba a quedar con los boletos, yo ya no esperaba que apareciera el dueño, pero recurrí a amigas de otros grupos para que me ayudaran. Tenía claro que, si no aparecía el dueño, los iba a vender y ese dinero iba a ser destinado a una fundación de caridad, estaba dispuesta a publicar las imágenes en redes. Al poco tiempo de que pedí ayuda a mis amigas, una de ellas encontró al dueño de las cortesías".
Sol, una de sus amigas contactó a Yuyi para comunicarle que Christian, el aficionado que extravió los boletos quería hablar con ella.
"Christian de inmediato me dijo que habían sido unas cortesías que su jefe le había regalado, él había llegado de la Ciudad de México desde el viernes por la noche. Su jefe también me contactó y me pasó el número de folio de los boletos, por lo que era obvio que él era el dueño. Para asegurarnos, fue el propio Christian quien me dijo que nos veíamos en el mismo sitio dentro de Plaza Andares, en donde los habíamos encontrado".
Yuyi Moyano y su mamá Judith Ramos acudieron puntual a la cita con Christian, el aficionado recuperó sus boletos después de un día de total angustia, llanto y desesperación.
"Siento que debería de ser normal regresar algo que no pertenece a uno y más si se trata de unos boletos de fútbol. Yo quise colaborar con mi granito de arena para que las cosas y la honestidad en este país cambien para bien".